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Cuando la pianista noruega Benedicte Palko leyó el mes pasado el comunicado en el que el festival Zemos98 anunciaba que tiraba la toalla tras 16 ediciones "sentí que estaba leyendo mi propia historia porque todos sus argumentos [el ninguneo de las instituciones, la falta de compromiso con las políticas culturales, la precariedad de la producción ...] podían aplicarse a la situación del Festival Turina". La directora de esta cita bienal con la música de cámara, que tiene previsto celebrar su quinta edición del 7 al 13 de septiembre próximos, advirtió en declaraciones a este medio en agosto de 2013 que si lo económico no estaba solucionado como mínimo medio año antes no repetiría, "porque el desgaste y la presión son enormes". Seis meses median ahora para su celebración y el Festival Turina vuelve a estar contra las cuerdas ya que diversos patrocinadores que se habían comprometido a aportar un tercio de los 31.000 euros del presupuesto total aún no han firmado el convenio de colaboración. "Pero tampoco han dicho que no y me insisten en que su política corporativa es contraria a confirmar algo con tanta antelación y que aún falta tiempo para septiembre", se queja esta intérprete y profesora noruega afincada desde hace ya doce años en Sevilla. Una ciudad que, lamenta, no sabe aprovechar el potencial de marca que significa un festival que, con un presupuesto y un tamaño modestos, pasea con grandeza por el mundo el nombre de uno de sus mejores compositores.
¿Estaría Palko dispuesta a llevarse esta iniciativa a otra ciudad? La pregunta la entristece pero termina contestando que sí, "porque aunque Turina nació en Sevilla su obra hace referencia a la cultura de toda Andalucía y de España". "Sevilla tiene que hacer suyo el festival. Si no se aclara la financiación este mes tengo que tirar la toalla y sería muy doloroso porque ya tenemos cerrados muchos apoyos y la presencia de 17 excepcionales músicos de diversos países europeos así como la asistencia de numerosos alumnos extranjeros". "De hecho", insiste, "repiten todos los patrocinadores privados que apoyaron la anterior edición, una corte de mecenas entusiastas como la academia ELI -gracias a la cual, entre otras cosas, el festival puede contar con uno de los violonchelistas más prestigiosos del panorama actual, Gary Hoffman-, la Real Maestranza de Caballería, el Círculo de Labradores, el Instituto Francés, Cruzcampo, Alfombras Baldomero, el Grupo Azvi o Inés Rosales, que son los que hacen posible su realización junto a las aportaciones del Grupo de Amigos del festival (a partir de 25 euros), que esperamos incrementar este año gracias a la difusión que del micromecenazgo van a hacer otras asociaciones musicales y artísticas de la ciudad". Una de las novedades es la creación de la Banda Sinfónica del Festival, que promoverá la música de banda escrita por Turina y que ha sido editada por uno de los directores de este proyecto, Rafael Ruibérriz de Torres, intérprete también de la Orquesta Barroca de Sevilla.
El V Festival Turina, sin embargo, no ha conseguido recabar dinero público, algo que sí logró en las tres primeras ediciones. En 2011 el Ayuntamiento aún puso 25.000 euros pero no sucedió así en 2013 y tampoco en 2015, cuando el apoyo municipal se limitará a la cesión de la sala Joaquín Turina y la impresión del programa. Tampoco la Junta de Andalucía ha destinado una partida económica para esta edición "pero estamos elaborando con ellos un convenio que está a punto de firmarse e incluye un apartado especial para la formación de los jóvenes y estamos muy ilusionados con estas reuniones".
Será en la sala Joaquín Turina, avanza Benedicte Palko a este medio, donde se celebrará el sábado 12 de septiembre el concierto oficial más relevante de esta edición: el Octeto para cuerdas del gran compositor rumano George Enescu, que interpretará un grupo de cámara integrado por cuatro artistas consagrados y cuatro jóvenes músicos participantes en el Festival. Otro programa estelar será el integrado por las Musas de Andalucía de Turina, que ha sido posible gracias a la incorporación de la soprano Isa Katharina Gericke al grupo de músicos que constituye el rasgo más distintivo de la cita. En cada edición el Festival Turina reúne una formación diferente que integra a músicos españoles con colegas internacionales del máximo nivel. "Los artistas realizan dos o tres ensayos juntos por obra pero el sonido que resulta es maravilloso, se genera una química y una tensión increíbles. Esa es la magia de la música de cámara y lo que hace especial al Festival Turina".
El interés por los jóvenes y la formación es otra divisa de esta iniciativa. La ciudad natal de Palko, Stavanger, en Noruega, vuelve a patrocinar el proyecto de becarios con 3.000 euros y está a punto de salir la convocatoria para que los alumnos interesados puedan sumarse a la orquesta de cámara del festival o a la banda sinfónica que dirigirá Ruibérriz de Torres. La información se publicará en la web oficial (www.festivalturina.com), donde también está disponible el formulario para incorporarse a su Grupo de Amigos, gracias al cual, confía Palko, se puede salvar esta edición.
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