Paradojas de lo moderno

Pablo J. Vayón

01 de diciembre 2013 - 05:00

Festival Encuentros Sonoros. Director: Juan José Olives. Programa: Obras de Sergio Blardony, Consuelo Díez, Guillermo Lauzurica, Gabriel Erkoreka, Mario Carro y Jesús Torres. Lugar: Espacio Santa Clara. Fecha: Sábado 30 de noviembre. Asistentes: 13 personas.

Pese a la crisis, la música española pasa por uno de los mejores momentos de su historia: dotada de infraestructuras como nunca tuvo, no solo puede presentar una amplísima y excelente nómina de compositores, conjuntos y solistas con presencia habitual en los grandes escenarios y ciclos internacionales, sino que jamás conoció a más jóvenes estudiando en conservatorios y escuelas. Y sin embargo muchos de estos actores parecen que se mueven en compartimentos cerrados. ¿Cómo es posible si no que un festival como este, que reúne a algunos de los mejores conjuntos españoles dedicados a la creación contemporánea, atraiga a tan pocos espectadores? El problema con el público es complejo, pero ¿y los músicos? ¿Dónde están profesores y alumnos de los conservatorios sevillanos, uno Superior y hasta cuatro profesionales sin salir de la provincia?

El Grupo Enigma de Zaragoza es uno de los más antiguos y extraordinarios conjuntos de cámara del país, como demostró con una actuación impecable, en la que presentó cuatro estrenos de otros tantos compositores españoles (Blardony, Lauzurica, Carro, Torres) además de obras de dos autores de larga y consolidada trayectoria. Propuestas muy diversas, de la solidez y maestría formal de Kaiolan de Gabriel Erkoreka o ISIS de Jesús Torres al juego con las superficies estáticas, las columnas de aire y las dinámicas de Donde acaba la esfera de Sergio Blardonyo la recreación de la forma clásica en el brillante Scherzo de Mario Carro, el más joven maestro de los seis convocados, un músico sin complejos para usar en su obra las consonancias, aunque también la politonalidad. Tentative es obra ecléctica de Consuelo Díez, presente en la sala. La más audaz en el uso de recursos vanguardistas y heterodoxos, como susurros y bisbiseos, fue acaso Igarkizuna del vitoriano Guillermo Lauzurica, obra que en cualquier caso destaca por su riqueza textural.

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