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Una mujer en Córcega
Crítica 'Un dios prohibido'
Un dios prohibido. Drama histórico, España, 2013, 133 min. Director: Pablo Moreno. Guión: Juanjo Díaz Polo. Fotografía: Rubén D. Ortega. Intérpretes: Iñigo Etayo, Jerónimo Salas, Alex Larumbe, Luis Segui, Eneko Capapay, Gabriel González, Ricardo del Cano, Isaac Israel.
Las 13 rosas, La voz dormida, La mula, Un Dios prohibido: cuatro películas recientes sobre la Guerra Civil, un mismo modelo. La última se estrena ahora muy discretamente, a la altura de su propia producción de corte televisivo, para apostar, corren buenos tiempos para ello, por estigmatizar al bando que tradicionalmente ha salido mejor parado en nuestras ficciones bélicas. A saber, para condenar con todo tipo de argucias dramáticas baratas y caracterizaciones burdas a esas milicias republicanas que mataron a curas y quemaron iglesias y conventos en una España atávica e irreconciliable de sotanas y trajes militares siempre de estreno.
Nuestros curas mártires claretianos de Barbastro (Huesca) no son, ay, los de De dioses y hombres, que más quisiéramos. Aquí todo despide el inconfundible aroma de la anestesiante sobremesa catódica, el maniqueísmo ramplón del guión didáctico, la épica postiza que parece ya inevitable en nuestro audiovisual patrio para engrandecer lo que se sabe pequeño y, hasta cierto punto, ridículo.
Así, entre las ambiciones posibilistas y los resultados más bien paródicos, Un Dios prohibido no sólo no aporta nada a la ya larga y caricaturesca relación de nuestro cine con la Guerra Civil y sus episodios trágicos, leída incluso en clave revisionista a lo Pío Moa, sino que echa más tierra encima sobre el cadáver de una industria que no sabe ya ni siquiera con qué formatos quiere sobrevivir en el futuro.
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