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Manhattan desde el Queensboro
En una ciudad que desde hace tiempo no se caracteriza precisamente por cuidar a los aficionados al jazz, les toca a estos tomar la iniciativa para mantener vivo el amor por una música que encuentra su razón de ser en la efervescencia y la libertad del directo. Bajo ese signo, militante y lúdico, austero pero rico en lo que importa, se celebrarán a finales de este mes dos nuevos festivales que vienen a sumarse al de la Universidad de Sevilla -el próximo mayo- y al ciclo anual del Teatro Central, citas de carácter institucional que completan el -sí, muy parco- calendario jazzístico hispalense.
Durante los próximos días 26 y 27 y con el Teatro Alameda como sede principal se celebrará la primera edición del festival Sevilla Swing!, organizado por la Asociación Cultural Crazy People, impulsada fundamentalmente por los siempre activos y entusiastas miembros del grupo de jazz vocal O Sister!, responsables en gran medida del interés que ha suscitado en los escenarios de Sevilla la burbujeante tradición del swing, y sin duda alguna la referencia principal de la pequeña pero significativa y estimulante escena que ha surgido en la ciudad en torno a esta música vibrante que coloreó clubes y salones de baile de Estados Unidos en los años 20, 30 y 40, hace ya casi un siglo, en tiempos oscuros y necesitados de alegría y esperanza como estos.
O Sister! a la cabeza, junto a Jazz de Marras y Van Moustache, formaciones ambas también de la ciudad -la primera entregada a un cóctel de jazz manouche, swing americano e incluso ecos balcánicos; la segunda, un dúo unido por su admiración por el nervio genial del guitarrista Django Reinhardt-, figuran en el apartado de conciertos, todos en la misma noche (día 26: entradas a 15 euros). El festival ofrecerá actividades complementarias, como las clases gratuitas de lindy-hop en el Cicus (previa inscripción en el correo electrónico sevillaswing@gmail.com, ya que las plazas serán limitadas) a cargo de Neus Caamaño y Samuel Rigal, artífices del proyecto Sevilla Swing Dance; las tertulias en el café Naima Jazz, elegido punto de encuentro del evento durante los dos días; o la fiesta de clausura en el Munich, amenizada por las sesiones de Ion Din Anima, Luis de Marras y Mr. Chusticia Ciega.
Aunque el Cicus colabora con esta iniciativa cediendo su espacio para las clases de baile, Sevilla Swing será posible gracias al esfuerzo personal -y económico- de sus impulsores, lo mismo que el primer Festival Assejazz, organizado por la Asociación Sevillana de Jazz (Assejazz), creada hace un par de meses por músicos y amantes de esta música y sostenida exclusivamente con las aportaciones de sus socios, que en la actualidad roza el centenar. "Era una de las ideas que teníamos desde el principio, y en cuanto hemos podido lo hemos hecho", dice el contrabajista Javier Delgado, presidente de Assejazz, que como el resto de los miembros de la asociación ha puesto dinero de su bolsillo para poder presentar una programación de calidad y en la que predomina la juventud, a través de brillantes promesas, aunque también hay espacio para un veterano de la entidad del batería y pianista catalán Jorge Rossy, que ha trabajado o compartido cartel con músicos como Tete Montoliú, Paquito D'Rivera, Wayne Shorter, Brad Mehldau o Joe Lovano.
Assejazz 2013 se celebrará durante tres noches -días 26, 27 y 28: entradas a 8 euros y abonos para las tres jornadas, 20; para los socios, 4 y 10 euros respectivamente- en La Carpa, el espacio artístico ubicado al final de la Carretera de Carmona, junto al Polígono Store. Allí actuará en primer lugar el José Carra Trio, una formación en la que Bori Albero (contrabajo) y Ramón Prats (batería) respaldan al joven pianista malagueño José Carra, uno de los músicos con más proyección del panorama jazzístico español, dice Delgado. La noche siguiente subirá al escenario otra promesa -"de aquí a dos o tres años se va a convertir en alguien muy conocido", augura-, también pianista, nacido en Puerto Rico y asentado en Nueva York, Mario Castro, que actuará en formato de quinteto, el cual estará compuesto por músicos nacidos o residentes en Sevilla (Voro García, Ángel Andrés Muñoz, Nacho Megina y el propio Delgado). El cierre, tambien en formato de quinteto, correrá a cargo de Rossy, que es calificado por el presidente de Assejazz como el músico español de jazz más importante de la actualidad.
Dada la escasez de propuestas de jazz en directo que acusa la ciudad, llama la atención la coincidencia de dos eventos de estas características en el mismo fin de semana. Es el único aspecto negativo, y quizás ni eso, ya que responsables de ambos dos festivales admiten que se ha debido únicamente a que "por azar, dos propuestas con buena relación han coincidido en el tiempo" (Sevilla Swing), y que "se trata, siempre, de sumar, no de restar" (Assejazz).
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