Michael Thomas toma las riendas artísticas de la Orquesta Bética
Remozado hace un año, el conjunto interpreta hoy en el Alcázar, en formato de cámara, el mismo repertorio que dirigió Falla en 1924 en el debut de la formación.
Un año después de su renacimiento, la Orquesta Bética ofrece hoy en el Real Alcázar un concierto de inequívoco sabor sentimental. La ocasión será especial también porque supondrá la presentación en sociedad del director Michael Thomas, antiguo responsable artístico de la Orquesta Joven de Andalucía durante una década y ahora al frente de la Bética en sus dos modalidades: la filarmónica y la de cámara. En este último formato, y con el británico afincado en Sevilla conduciendo a los músicos, la remozada formación sevillana interpretará esta noche en el Patio de la Montería la Pavana para una infanta difunta de Ravel, El amor brujo de Manuel de Falla, el Preludio a la siesta de un fauno de Debussy y otra pieza de Ravel, Mamá oca: exactamente el mismo repertorio que el propio Falla dirigió en 1924 en el concierto de presentación de la Orquesta Bética de Cámara en el ya desaparecido Teatro Llorens de la calle Sierpes.
"El proyecto sigue siendo muy ilusionante", dice el gerente de la Bética, José Yáñez, "y también muy difícil porque la crisis nos está afectando a todos". "Digamos que cada paso que damos nos cuesta un doble esfuerzo pero, eso sí, los estamos dando en la dirección acertada", añade Yáñez, que señala como prueba evidente de esto último la incorporación a la orquesta del director Michael Thomas, que sustituirá a Juana Martínez de la Hoz. "Uno de nuestros propósitos era contar con profesores y músicos jóvenes y talentosos, y ya hemos notado el efecto llamada de Michael, así que estamos muy contentos y muy orgullosos porque de eso se trata, de que la orquesta tenga calidad", dice el gerente de la orquesta decana de Andalucía.
"Nos hemos propuesto recuperar todo el repertorio histórico de la orquesta", explica Yáñez sobre uno de los objetivos principales que la junta directiva de la Bética se marcó hace un año para su nueva etapa. Entonces se firmó para tal fin un convenio con la Universidad Pablo de Olavide, institución que custodia ese legado y que está llevando a cabo todo el proceso de digitalización del mismo. "Pero no es una cuestión que se quede ahí", puntualiza el gerente de la orquesta. "Queremos recuperar también el espíritu de aquella orquesta", dice, y una de las cosas que la definían era la "movilidad", su condición "versátil, ágil y con capacidad de adaptación" y su "vinculación con las artes escénicas", ya sea la zarzuela, el teatro, el ballet, la danza e incluso el flamenco, como se verá el próximo 19 de septiembre en el Teatro Lope de Vega en el marco de la Bienal, con la Bética en formato de cámara participando en el espectáculo -estreno absoluto- Entre el labio y el beso, de Paco Jarana y Segundo Falcón.
Otro de los rasgos que definen a la Orquesta Bética, continúa Yáñez, es su compromiso con la promoción de la cultura desde la sociedad civil, y precisamente esto es lo que defiende también el concierto que se celebrará esta noche (a partir de las 21:30, entrada libre hasta completar aforo), organizado por el Foro Al-Ándalus, un grupo formado por "gente de muy diversa procedencia" que pretende promover "debates serios y rigurosos sobre los problemas" de la sociedad actual e interesado en "sustituir la cómoda e ineficaz queja por un compromiso constructivo", según explica Enrique Osborne, uno de sus miembros y fundadores. La actuación, fruto de la alianza entre el citado foro y la orquesta, servirá de pórtico a las actividades del primero, que prepara para el otoño un ciclo divulgativo sobre el fenómeno que representó el regeneracionismo en Sevilla a finales del siglo XIX y comienzos del XX.
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