Marcos Flores revisa el legado flamenco en Cajasol
El bailaor gaditano regresa hoy a la sala Joaquín Turina con un recital "de corte tradicional" con un atrás cien por cien femenino.
La generación del 80 ha legado al baile una de las mejores hornadas de intérpretes y coreógrafos de la danza flamenca actual. Basta repasar la nómina: Olga Pericet, Rocío Molina, Manuel Liñán, Pastora Galván, Farruquito, Mercedes Ruiz... Son algunos de los nombres de los compañeros a los que profesa "admiración" Marcos Flores, gaditano de Arcos de la Frontera, perteneciente a este heterogéneo grupo de creadores. En su caso, reconoce, "las influencias son muy diversas, no me encasillo en una escuela definida. Muero con Antonio Canales, pero mis referencias son muchas: Merche Esmeralda, Carmen Amaya, Farruco, Manuela Carrasco, Eva Yerbabuena...", enumera el bailaor, que a una base autodidacta sumó el magisterió en "cursos" de Barón, Latorre y Canales, además de su paso por varias compañías, como las de Rafaela Carrasco o Sara Baras.
Desde que empezó a bailar "tarde, con 17 años" -antes "tocaba la guitarra, pero muy mal", bromea- Flores ha trabajado sin descanso, aún cuando pese a su calidad artística no ha estado en la primera línea de las programaciones de festivales. Incomprensible si su arte -enérgico, elegante y depurado- viene avalado, entre otros, por el Premio Especial Antonio El Bailarín, uno de los más importantes galardones en la danza flamenca que distingue al bailaor más completo, que otorga el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba. En la historia de este certamen sólo se ha concedido en otra ocasión, en 1991, a Javier Latorre.
Lejos de los reconocimientos y de los grandes teatros, Flores es consciente de dónde se faja "de verdad" un bailaor: en los tablaos, que "son un paso obligatorio para cualquier bailaor, no creo que haya escuela igual y debería ser un paso obligatorio" y en el riesgo. "Yo he pedido muchos préstamos para montar mis produccines, pero sólo así se avanza", sostiene. Ahora, de hecho, le toca el turno de llevar de gira sus últimas creaciones: De flamencas, presentado en el último Festival de Jerez, y Tránsito, un espectaculo de pequeño formato que vio la luz el pasado septiembre.
Para su regreso a la Sala Joaquín Turina dentro del ciclo Jueves Flamencos de Cajasol -donde compartió escenario en marzo de 2007 con Manuel Liñán y Olga Pericet, de la que dice que es "una bailaora completa, extrarrestre, increíble"- Marcos Flores llega arropado de un atrás completamente femenino: Inma Rivero y Mercedes Cortés al cante, Antonia Jiménez a la guitarra y Ana Romero en las palmas y el baile. Es inusual en el flamenco ver un acompañamiento con nombre de mujer al cien por cien. Para Flores no es cuestión de modas es, confiesa, de sensibilidad: "Me he sentido mucho más arropado que en otras situaciones, cuando las mujeres están en escena se crea una energía especial, diferente".
Marcos Flores Compañía de baile. Recital. Hoy a las 21:00, en la sala Joaquín Turina. De 12 a 18 euros.
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