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La Bienal de Arte Contemporáneo de Sevilla (Biacs) tiene ya fecha para su cuarta edición, que se celebrará desde octubre del año próximo hasta enero de 2013, y volverá a tener el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo como único escenario. La presidenta de honor de la Fundación Biacs, Juana de Aizpuru, confirmó ayer que las negociaciones para sacar adelante la cita habían prosperado, como adelantó durante el verano Diario de Sevilla, y la ciudad acogerá una nueva convocatoria de este encuentro, esta vez con un presupuesto "más recortado" que en anteriores años y un modelo "más parecido al de la primera edición", cuando la galerista, más tarde retirada de la iniciativa, puso en marcha el proyecto con el propósito de vincular Sevilla a la creación contemporánea.
El regreso de Aizpuru a la Biacs ha servido para reanimar una propuesta que muchos daban por terminada y que, ahora, ha logrado concitar los apoyos de las administraciones. El Ayuntamiento, la Junta de Andalucía, la Diputación y el Ministerio de Cultura respaldarán la Bienal y "van a hacer un consorcio para darle estabilidad", reveló la galerista, que admitió que en cada puerta a la que ha llamado la han recibido "con los brazos abiertos". La reciente Hija Predilecta de Andalucía sostiene que el consorcio asegurará la continuidad, y evitará "que cada año se plantee si la Biacs se va a celebrar o no", así como ayudará a establecer una dotación con la que "sabremos con lo que contamos para cada edición".
Aunque no concretó la cantidad que aportará cada institución, Aizpuru sí precisó que habrá recortes en comparación con ediciones anteriores. "Es normal, no podemos olvidar la situación que atravesamos", dijo, antes de añadir que pese a la crisis económica "todas las administraciones están haciendo un gran esfuerzo" porque, defiende la fundadora de Arco y de la Biacs, "son conscientes de que en Sevilla hay poquitas cosas de arte contemporáneo, y éste es un proyecto con el que había que continuar".
La elección del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo como único recinto reducirá costes. "Se va a concentrar todo allí. Nada de las Atarazanas, o de programar en Granada o en Córdoba. Con poco presupuesto, es más difícil tener varias sedes abiertas, hay que controlarlas y vigilarlas", apunta Aizpuru, encantada con las virtudes del Monasterio de la Cartuja. "Es un espacio único en el mundo. Para obras intimistas tiene salas pequeñas, y luego está la Iglesia para piezas de gran formato, y la huerta para exhibir creaciones al aire libre. "Teniendo un emplazamiento así, sería desperdigar energías buscar otro", afirma la galerista.
El patronato de la Biacs se reunirá en dos semanas y, para entonces, seguirán perfilándose algunos aspectos de la cuarta edición de la cita. Entre ellos, el proyecto en el que trabaja el comisario, del que Aizpuru sólo anticipó que "es suizo y joven, algo que se notará porque va a traer a artistas más jóvenes. No puedo decir su nombre todavía porque no hemos firmado el contrato".
La galerista aceptó ser presidenta de honor de la Fundación Biacs porque su puesto "era como un florero", pero su entusiasmo ha cambiado las tornas. "Alguien tenía que hacer el trabajo. No tenemos director, y por eso estoy ejerciendo de directora. Es complicado encontrar alguien para el cargo, y de este modo, además, no cargamos más el presupuesto", mantiene. No ha sido, expresa, "plato de mi devoción, porque yo ya no tengo galería en Sevilla, y ocuparme de la Biacs significaba tener que venir continuamente".
La primera edición de la Bienal de Arte Contemporáneo, La alegría de mis sueños, se celebró en 2004 con Aizpuru como promotora del proyecto y Harald Szeemann como comisario. Al suizo le tomó el relevo dos años después el nigeriano Okwui Enwezor como director artístico, que amplió la oferta a las Ataranas y articuló una Bienal en torno a la idea de Lo desacogedor, y en 2008,Peter Weibel exploró las relaciones entre arte y tecnología en Youniverse, la tercera Biacs. La cuarta iba a celebrarse en 2010, pero las limitaciones económicas y las deudas obligaron a aplazar el encuentro.
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