El Bellas Artes acoge en régimen de depósito tres tablas de Luis de Vargas
El museo exhibirá las obras, entre las "cumbres de la pintura sevillana del XVI", hasta que concluyan las obras de reforma de la iglesia de Santa María la Blanca, dueña de los óleos
El Museo de Bellas Artes cuenta desde ayer, y "como mínimo durante este año", según el delegado de la Consejería de Cultura, Bernardo Bueno, con tres tablas realizadas por Luis de Vargas, una de las principales figuras de la pintura sevillana del siglo XVI. Los óleos, titulados El Descendimiento, San Juan Bautista y Estigmatización de San Francisco y fechados todos en 1564, pertenecen a la parroquia de Santa María la Blanca, que las ha cedido a la pinacoteca en depósito, en virtud de un acuerdo de colaboración entre el Arzobispado de Sevilla y la Consejería de Cultura, mientras se ejecutan las obras de rehabilitación del templo barroco, el 80% de cuyo coste total (823.000 euros) será pagado por la Junta de Andalucía.
Valme Muñoz, directora del Bellas Artes, decidió ubicar las tres incorporaciones temporales en la sala III. Allí están flanqueadas, para "articular un discurso", por otras tres obras de Vargas que posee el museo como fondos propios: La Purificación, Prendimiento de Cristo y San Sebastián, todas fechadas alrededor de 1560. "Es una oportunidad única de contemplar este conjunto de obras, una de las cumbres de la pintura sevillana del XVI", explicó Muñoz, quien destacó como gran aportación del artista a la pintura de su tiempo su contribución a la superación de "los esquemas arcaizantes y góticos" y su concepción de la pintura basada en la importancia del formalismo y la belleza de la figura humana. Una nueva sensibilidad, dijo Muñoz, que pudo moldear "precisamente porque salió fuera", en concreto a Roma, ciudad en la que asimiló influencias de Miguel Ángel y Rafael y se relacionó -según la mayoría de los expertos- con coetáneos como Perino del Vaga.
La llegada al museo de estas tablas cobra aún más valor, indicó su directora, si se tiene en cuenta que "se conocen pocas obras, y casi todas de su etapa final", de este artista nacido en Sevilla en 1502, hijo del también pintor Juan de Vargas, contemporáneo de Alejo Fernández, Hernando de Esturmio y Pedro Campaña, y maestro de precursores de la escuela sevillana como Juan de Roelas y Antonio de Arfian. Las tres obras fueron sometidas en el propio taller de restauración del Bellas Artes a un tratamiento preventivo de conservación y a una limpieza superficial y posteriormente a un amplio trabajo de documentación.
Otra restauración se presentó ayer en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), el organismo encargado en este caso de devolver todo su esplendor a San Jerónimo penitente, un altorrelieve del siglo XVI perteneciente al Patronato de Arte de Osuna. De casi dos metros de altura y con un peso de 300 kilos, la pieza tiene una autoría difusa (algunos especialistas se la atribuyen a Perrín, un escultor de origen francés) y está considerada como una de las más importantes obras en terracota del Renacimiento andaluz.
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