Una cumbre para evitar que armas nucleares caigan en manos terroristas
Representantes de cincuenta naciones se reúnen en Seúl en medio de nuevas tensiones con Corea del Norte por su anuncio de lanzar un satélite · El objetivo es concretar lo acordado en Washington en 2010
Al margen de las guerras atómicas, los ataques con armas nucleares perpetrados por terroristas son la peor pesadilla de casi todos los gobiernos. Con el objetivo de evitar que las organizaciones terroristas logren obtenter este tipo de material, hoy se iniciará en la capital de Corea del Sur la segunda cumbre de Seguridad Nuclear.
El primer encuentro de este tipo fue en 2010. Para que el actual, que se celebrará hoy y mañana, tenga relevancia, los especialistas opinan que es crucial ir más allá de una mera confirmación de los objetivos ya fijados en la cita anterior. Además, aseguran, el factor decisivo será lograr abordar los objetivos junto con la industria nuclear.
Voces críticas como la del director de la organización Partnership for Global Security, Kenneth Luongo, aseguran que "el comunicado de la cumbre y el plan de trabajo sólo resumen medidas específicas y objetivos políticos sin exigir de manera vinculante su concreción", según palabras pronunciadas ante el Senado estadounidense en referencia al primer encuentro, que tuvo lugar en Washington.
Luongo instó a quienes participan en el segundo encuentro a sentar las bases de una nueva estructura de seguridad nuclear. "Una que sea completa, estandarizada y obligatoria". Asimismo, reclamó mayor transparencia.
El punto de partida de estos encuentros fue el discurso pronunciado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en Praga en abril de 2009. En ese momento, el mandatario aseguró que en un lapso de cuatro años se garantizaría el control de todos los "materiales nucleares en peligro".
Pese a los progresos concretos, el objetivo está lejos de haber sido alcanzado. Los esfuerzos de Obama por atar de manos a los eventuales terroristas que intenten adquirir este tipo de armas y por evitar la proliferación de material escindible a nivel mundial es parte de una gran perspectiva de un mundo sin armas nucleares.
Es por eso que los participantes de más de 50 países, entre ellos 40 jefes de Estado y de gobierno, se han propuesto volcar los impulsos de la primera cumbre en un plan de acción concreto.
Obama está ya en Corea del Sur, no así la canciller alemana, Angela Merkel, cuyo país estará representado por el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle.
Actualmente, a nivel mundial existen 1.600 toneladas de uranio altamente enriquecido y 500 toneladas de plutonio, cantidad suficiente para fabricar 126.500 bombas atómicas.
"El terrorismo nuclear sigue siendo un peligro real", advierte Matthew Bunn, de la Harvard Kennedy School, al margen de los debates previos a la cumbre. Según Bunn, ya se han registrado intentos terroristas de acceder a armas y material nuclear.
El especialista explica que existen tres tipos de terrorismo nuclear: la explosión atómica, el sabotaje de instalaciones nucleares y las bombas sucias.
Bunn señala que es mucho más sencillo fabricar una bomba sucia que lograr una explosión atómica. En ambos casos, un explosivo convencional libera sustancias radiactivas.
Entre los aspectos positivos de la primera cumbre, Partnership for Global Security destaca en un informe que casi un 80% de los 67 puntos fijados fueron cumplidos. Esas pautas incluyen garantizar la seguridad de más de 13 toneladas de uranio enriquecido y plutonio en Kazajstán y la eliminación de Chile de su uranio altamente enriquecido.
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