Garzón defiende en el Supremo su investigación de las fosas del franquismo

El juez no contesta a la batería de 150 preguntas que preparó Manos Limpias. "Reconoceréis que, como dictador, Franco fue insuperable", espeta un anciano a los miembros de la Asociación de la Memoria Histórica.

Garzón defiende en el Supremo su investigación de las fosas del franquismo
Garzón defiende en el Supremo su investigación de las fosas del franquismo
Otr Press

09 de septiembre 2009 - 13:00

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón defendió durante casi dos horas y media su competencia para investigar las fosas del franquismo ante el instructor del Tribunal Supremo Luciano Varela, que instruye la querella interpuesta por el sindicato Manos Limpias y la asociación Libertad e Identidad en la que se le acusa de un delito de prevaricación en relación con la causa abierta por este magistrado por las desapariciones tras la Guerra Civil Española. la comparecencia del magistrado reunió a las puertas de los juzgados a detractores y defensores del juez. A éstos últimos un anciano que se encontraba en la zona les espetó: "Reconoceréis que, como dictador, Franco fue insuperable".

Garzón llegó en coche al tribunal, y a su entrada fue jaleado por una decena de representantes de las asociaciones para la Recuperación de la Memoria Histórica, que gritaron "vivas" y "libertad" para el popular juez de la Audiencia Nacional. Momentos antes había llegado a la sede del alto tribunal el abogado de Garzón, Gonzalo Martínez Fresneda, quien señaló que durante la comparecencia de hoy el juez se limitaría a contestar a las preguntas que le realizaran las partes. "Hoy es un día de hechos, no de argumentos", indicó el letrado.

Lo mismo ocurrió a la salida del juez de la sede del Supremo. El magistrado fue vitoreado de nuevo por familiares de represaliados del franquismo, mientras un anciano le increpaba acusándole de "dividir a España y a los españoles".

Según fuentes de la acusación, Garzón negó firmemente haber incurrido en prevaricación alguna y se negó a contestar a la batería de 150 preguntas que llevó preparadas el abogado de las dos acusaciones populares, Jaime Alonso, y tan sólo atendió a las cuestiones planteadas por el instructor, el fiscal Luis Navajas y su propia defensa. Ninguna de las acusaciones solicitaron medidas cautelares contra el juez.

Entre las preguntas preparadas por el abogado de Manos Limpias, que fueron facilitadas a la prensa, destaca una en la que se inquiere a Garzón sobre si pretendía practicar una autopsia de cada fallecido que encontrara. Se le pretendía preguntar también si pensaba que estaba abriendo una "causa general" contra el franquismo al tramitar la denuncia de las Asociaciones de Memoria y si tenía la seguridad de que "por todos y cada uno de los hechos de Paracuellos habían sido juzgados todos sus posibles responsables".

Las mismas fuentes señalaron que el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 fue especialmente puntilloso respecto de las cuatro o cinco preguntas que le realizó el instructor Varela, y que pidió que constara en acta que algunas de ellas contenían juicios de valor.

La citación del popular juez motivó la asistencia de una gran cantidad de medios de comunicación (cerca de una treintena de cámaras esperaban a Garzón en la puerta del tribunal de la calle Marqués de la Ensenada de Madrid). El Supremo también concedió a esta cita vital importancia pues situó en las puertas del edificio y en los pasillos de entrada al mismo a más de quince policías de paisano para velar por la seguridad.

Frente al tribunal se congregaron también numerosos curiosos que esperaban poder ver al popular juez, así como un grupo de miembros de la Asociación de Memoria Histórica dispuestos a prestarles su apoyo, quienes irrumpieron en aplausos y 'vivas' al juez cuando éste hacía su entrada al tribunal.

"Tratan de sancionar al primer juez que desde la entrada de las tropas del general Franco en Madrid, en 1939, ha abierto una investigación contra los crímenes contra la Humanidad, perpetrados durante su régimen fascista", añade la nota, firmada por una veintena de asociaciones para la recuperación de la Memoria.

Recuerdan en esta nota que todos ellos se autoinculparon ante el Supremo como "inductores", pues fueron quienes aportaron las pruebas para que el titular del Juzgado Central número 5 pudiera incoar la causa por las desapariciones, y advierten que, si el alto tribunal sigue tramitando la querella, entenderán que también se deberá tomar declaración a los representantes de estas asociaciones.

Uno de los que acudieron a las puertas del Tribunal fue Julián Rebollo, ex concejal de IU y representante de la Plataforma Cárcel de Carabanchel, quien señaló que, además de los desaparecidos existen aún vivos represaliados como los que sufrieron prisión en dicho centro, y calificó de "ataque a la democracia" que se pretenda cercenar esta investigación y dotar de impunidad al franquismo. "Nuestros nietos deben saber que Franco fue un dictador que mató a mucha gente, y que el único juez que se atreve con este asunto es Garzón", dijo Rebollo.

En el mismo sentido se manifestaron otros miembros de asociaciones de Memoria Histórica, como Fausto Canales, que calificó de "vergüenza, e ignominia" que se pretenda procesar a Garzón por investigar la desaparición de cerca de 150.000 personas durante la dictadura. Otros concentrados calificaron de "venganza" la actuación contra el juez, mientras que una señora pidió su "libertad" porque "Garzón no ha hecho nada".

También frente a las puertas del Supremo se encontraba Miguel Bernard, secretario general de Manos Limpias, y varios representantes de Libertad e Identidad, que fueron increpados como "fascistas" por los defensores de Garzón. "Fascismo, el de Cuba", señaló uno de ellos a los manifestantes. Bernard indicó que su querella "no tiene nada que ver con el franquismo ni con las fosas" sino con el cumplimiento de las leyes, y señaló que el día de hoy se producirán "brotes verdes de regeneración en la Justicia".

Añadió que la declaración de Garzón demuestra que "no hay nadie por encima de la ley, pese a las presiones políticas" y que "de las tres licencias con las que cuenta Garzón, la de cazar, la de dar clases y la de impartir justicia", ellos esperan que se le quite esta última. "Aquí no hay política que valga", concluyó.

La presencia de defensores y detractores del juez produjo algunos momentos curiosos, como el hecho de que la declaración de Bernard ante las cámaras de televisión se hiciera con dos pancartas al fondo que rezaban "más jueces como Garzón" y "justicia por los pelos no es justicia. Franquismo 1 Justicia 0".

Representantes de la Memoria Histórica también aprovecharon para situar tras el impulsor de la querella fotos de familiares de desaparecidos y certificados de defunción, mientras de fondo sonaba el himno nacional tocado con armónica por un anciano congregado en el lugar.

Precisamente este señor charlaba minutos después con representantes de las asociaciones de Memoria a los que espetó, "reconocerán que, como dictador, Franco fue insuperable", para a continuación agasajarles con el himno de Riego y la Marsellesa también tocados con su armónica. En otro lado de la calle, otro anciano que llevaba varias chapas con la bandera nacional en su gorra preguntaba a un policía: "Cuando salga, lo que sí podré es gritar 'Garzón payaso', ¿no?".

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