Felipe González aboga por retrasar la edad de jubilación
El ex presidente del Gobierno pide vincular los salarios a la productividad para reflotar Europa en un encuentro con 1.500 directivos.
Los directivos españoles le pidieron ayer a Felipe González que les diera algunas claves sobre el futuro del mundo y éste lanzó varios mensajes que, cuanto menos, invitan a la reflexión. El ex presidente del Gobierno criticó la "política austericida que impide el crecimiento de la demanda" y apuntó no saber "cuánto tiempo vamos a estar en el fondo", si bien sí quiso dejar claro que "no veo respuestas políticas europeas ágiles que lleguen al empleo y que generen una dinámica distinta".
En su opinión, y así lo repitió en varias ocasiones a lo largo de su discurso ante 1.500 directivos en la celebración de la jornada anual de CEDE en Málaga, hay que intentar la cuadratura del círculo, es decir, ampliar la vida activa y, a la vez, dar trabajo a los jóvenes y a los parados de larga duración. Para conseguirlo abogó por "repartir el tiempo de trabajo disponible y vincular los salarios a la productividad en dos tercios". Con esta medida se paliaría, según el histórico líder socialista, "la trampa sin respuesta" que supone el continuo envejecimiento de la población tanto en España como en Europa y que va a dificultar el pago de las pensiones dentro de unas décadas. "Habrá 1,2 millones más de personas de 65 años y harán falta otros 2,6 millones de empleos para ser sostenibles", indicó González, quien vaticinó que, aunque la construcción retomara su actividad y cogiera cierta velocidad de crucero, "sólo recuperaría un tercio de su empleo anterior".
Fue uno de los artífices de la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea en 1986, pero ayer se despachó a gusto con la actual gestión comunitaria. "El gran drama de Europa es que sabe que está retrasada y que el mundo cambió, pero no quiere cambiar. No se enfrenta a los problemas y los está parcheando. Sólo se les ocurre competir en coste laboral con China y así estaremos muertos antes de llegar", afirmó.
En este sentido, González subrayó que, en la próxima década, el 75% del PIB mundial dependerá de una decena de países emergentes, donde China acaparará el 40%, y desterró el mito de que los chinos sólo sean la fábrica del planeta. "Es una potencia en todo, tiene 1,4 billones de dólares de deuda americana y 650.000 millones de deuda europea , va a duplicar su PIB real entre 2010 y 2020 y produce más ingenieros al año que el resto del mundo". Partiendo de esta base, el que fuera presidente español entre 1982 y 1996 animó a los empresarios a invertir en esos mercados emergentes si quieren tener futuro.
González, guste o no, tiene tirón y se acumularon las preguntas de los asistentes. Uno de los temas que se trató fue la habitual pugna nacionalista en España e incluso en Europa. Fue claro: "¿Alguien cree que divididos vamos a ser más fuerte que juntos? Es una broma". El socialista explicó que "hay que respetar la diversidad, pero romper es una pérdida para todos", y reclamó un debate entre todas las partes "sin agresividad y sin descalificaciones".
No obstante, dijo que "el nacionalismo ha sido el fenómeno más destructor de Europa en el siglo XX" y barajó la posibilidad de que se pueda cambiar la Constitución porque "después de 35 años tiene que haber algunas reformas y una puede ser la federalización de las políticas económicas y fiscales".
En la jornada también participó el ministro de Agricultura, Miguel Arias, quien desgranó el fuerte peso económico del sector agroalimentario, aunque destacó que su principal debilidad "es su escasa concentración". El Gobierno promoverá la fusión de cooperativas y su internacionalización.
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