Altadis anuncia que cerrará la fábrica de Cádiz el 31 de diciembre
La planta cuenta actualmente con 76 trabajadores Seis finalizan su contrato en junio, 60 podrán acogerse a la prejubilación y los otros diez optarán entre bajas incentivadas o traslados
La industria gaditana recibió ayer otro fuerte varapalo al conocer que la fábrica de tabacos cerrará sus puertas el próximo 31 de diciembre. Los malos augurios que entre los 76 trabajadores que actualmente cuenta este centro de producción de Altadis reinaba hace unos días -cuando se anunciaba el cierre del cuarto turno de trabajo en la planta- se cumplieron y la visita ayer del responsable de producción de Imperial Tobacco en la zona occidental, Ian King, confirmó los temores de que Cádiz dejará de producir tabaco cuando finalice el año.
La empresa informaba en un comunicado que ha puesto en marcha un plan de reorganización que afectará en total a 114 trabajadores de los casi 1.400 que forman parte de la plantilla de Altadis. Y este plan supone "el cese de actividad de la planta de Cádiz". La reordenación se justifica en dos argumentos principales: la presión regulatoria sobre el tabaco y, curiosamente, el aumento del contrabando (que Altadis sitúa en el 12% de las ventas legales). Además, en el caso de Cádiz se une una caída "sustancial" de la demanda de tabaco expandido (que es el que realiza en la fábrica de la entrada de la ciudad), "por lo que su volumen de producción puede ser asumido por otra fábrica del grupo", añadía el comunicado.
Fuentes de la empresa consultadas por este periódico cerraban cualquier mínima posibilidad de que la fábrica de Cádiz pudiera afrontar cualquier otra actividad tabaquera para mantenerla en funcionamiento. "No es la primera fábrica que cierra", indicaban, explicando que los procesos de regulación "son constantes en el sector tabaquero", que viene sufriendo unas caídas de ventas considerables (de más del 40% en los cuatro últimos años según Altadis). "No hay ningún otro sector que afronte una caídas como las que tiene el tabaco", comentaban estas fuentes consultadas.
El anuncio del cierre de la fábrica de Cádiz afecta de manera directa a 76 trabajadores. Si se restan los seis eventuales que finalizan su labor este mes (con el cierre del cuarto turno de trabajo anunciado hace unos días en este periódico), habrá sesenta que podrán acogerse a las prejubilaciones, aplicándole la misma cláusula de garantía del expediente de regulación que se aprobó en marzo de 2009, según propuso ayer mismo Altadis al comité. Los diez empleados fijos restantes tendrían a priori dos opciones: o bien trasladarse a los centros de Logroño y Santander, o bien acogerse a la baja incentivada, que se haría con una indemnización de 45 días por año trabajado, según aseguró también la empresa dependiente del grupo Imperial Tobacco.
Con este punto de partida se iniciarán hoy mismo las negociaciones entre la empresa y los trabajadores a nivel nacional (donde el plan de reestructuración afecta a un total de 114 empleados), que tendrán lugar en Madrid, hacia donde ayer mismo se dirigió el presidente del comité de Cádiz, José Luis Marín.
A pesar de que la fábrica de Cádiz cerrará sus puertas para siempre, perdiendo así la ciudad otro gigante industrial, los empleados conocieron ayer que será antes del próximo mes de septiembre cuando cese la actividad que actualmente se lleva a cabo en el recinto de la Zona Franca (la producción de tabaco expandido), manteniéndose el último cuatrimestre del año únicamente la actividad en los almacenes. Y por delante queda también el desmantelamiento de las instalaciones (Altadis asegura que aún no tiene decidido qué hacer con la maquinaria) así como conocer el paradero de los terrenos.
Se abre ahora, de aquí a diciembre, el último suspiro después de 272 años de intensa actividad tabaquera en la capital, que dio empleo a miles de gaditanos y gaditanas y que en apenas veinte años la ciudad ha visto consumirse. Como uno de los tantos cigarros que se hicieron en la ciudad.
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