La deuda de Cristiano

Capaz de resolver un partido en apenas segundos y de molestar al aficionado o jugador rival con algún gesto provocador, Cristiano Ronaldo será, juegue como juegue, uno de los grandes protagonistas del clásico Barcelona-Real Madrid, donde quiere imponer su particular "fútbol espectáculo".

"Al que le gusta el fútbol espectáculo, le gusta lo que hago. Más allá de la espaldinha. Al que le guste, que lo mire; al que no, que cierre los ojos o apague la tele", afirmó ayer la estrella portuguesa del Real Madrid.

El portugués llega al clásico de mañana con la obligación de cargarse al hombro al equipo blanco y de exponer de una vez su brillo futbolístico ante el máximo rival en la Liga.

Hasta el momento, el historial de Cristiano contra el Barcelona registra más frustraciones que éxitos. Apenas pudo ganar uno de cinco partidos disputados ante los azulgranas, cayó en una final de la Liga de Campeones (en el 2009, cuando jugaba en el Manchester United), falló un penalti, perdió dos clásicos españoles y aún no pudo anotar ni un gol ante los catalanes.

"Marcar no es importante para mí, es importante que el equipo gane. Yo no estoy obsesionado por los goles", minimizó ayer el luso su deuda ante el Barcelona en sus choques.

Además, el duelo personal ante la otra estrella del evento, el azulgrana Lionel Messi, evidencia su cuenta pendiente: y es que el argentino ya convirtió siete goles en ocho clásicos disputados. "No es un duelo entre Messi y yo. Es un duelo entre el Real Madrid y el Barcelona. Quizás sean los mejores equipos de la Liga y cada uno de nosotros hará lo mejor para su equipo", aseguró el portugués.

Tanto Cristiano Ronaldo como el Real Madrid llegan al partido contra el Barcelona en su esplendor futbolístico. Mientras el jugador se erige como el máximo artillero del campeonato, con 14 tantos, el equipo entrenado por José Mourinho camina en el primer puesto y es el único invicto del torneo. "Cristiano Ronaldo es un gran jugador que siempre marca diferencias, es bueno verlo. Yo no apagaría la televisión", aseguró ayer su rival de mañana Carles Puyol.

Si bien el delantero negó tener "más presión que nadie" para el clásico, sabe que el foco de la crispación en el Camp Nou estará repartido entre su figura y la del técnico Mourinho.

Sin embargo, el luso le restó importancia al factor externo: "No estamos preocupados por el recibimiento de la gente en el Camp Nou". La polémica pareció acompañar a Cristiano en la actual temporada de Liga. Ya provocó la ira de los futbolistas del Atlético de Madrid al dar un pase con su espalda, y respondió con gestos desafiantes ante los silbidos de varias aficiones rivales enfadadas con su actitud.

Cristiano afrontará mañana una nueva oportunidad para consagrarse en el Real Madrid ante el Barcelona. Sus números previos en la temporada y la calidad de su equipo sustentan su objetivo personal.