La vocación de ser entrenador

José Manuel Fidalgo. Entrenador del primer equipo de la sección de fútbol femenino del Sevilla

La vocación de ser entrenador
La vocación de ser entrenador
José María López

09 de noviembre 2009 - 05:02

Es el caso excepcional. La tercera opción y probablemente la menos frecuente entre los jóvenes que practican algún deporte, en este caso, el fútbol. Los casos comunes son los de aquellos que se toman el hacer deporte como un entretenimiento y los que encaminan sus pasos hacia la práctica profesional. Pero que la vocación que se despierte sea la de ser el inquilino del banquillo, la de dirigir y entrenar, es la excepción, y es el caso de José Manuel Fidalgo, entrenador del equipo femenino del Sevilla Fútbol Club.

"Lógicamente, empecé como futbolista, llegando a jugar en Regional, así es como me di cuenta de que mi vida iba a estar ligada al deporte porque es lo que me llamaba la atención. Pero desde los banquillos, ser técnico es lo que he querido ser siempre, es algo vocacional", declara este técnico hervés. Y tan vocacional como que en 1998 consiguió el primer título de entrenador posible, el conocido como nivel cero. "Tenía claro que quería lograr el título nacional, y lo conseguí en 2006 en Melilla, una experiencia de la que guardo un maravilloso recuerdo". Una promoción bastante prolífica la de 2006, ya que junto a nuestro protagonista destacan otros técnicos que han llegado a la elite, como el actual entrenador del Xerez, Cuco Ziganda, o Raúl Ruiz, preparador físico del Rubin Kazan.

Además de la vocación, es determinante su amistad con Juan Carlos Osorno y Miguel Ángel Gómez, actuales entrenadores de los infantiles y del juvenil de División de Honor del Sevilla, respectivamente. "Ambos eran los técnicos de la selección andaluza femenina y me ofrecieron en un primer momento encargarme de los equipos benjamines y alevines de la selección, pero a finales de 2007, en pleno proceso de renovación del escalafón femenino del Sevilla y ante la marcha de Sebastián Borrás, me ofrecieron hacerme cargo del equipo, una propuesta totalmente irrechazable para mí", dice el entrenador nacido en Huévar del Aljarafe.

Una oferta irrechazable, pero con bastantes espinas, ya que José Manuel Fidalgo se hizo cargo de un equipo desmantelado, en pleno proceso de reconversión por el ajuste financiero que el Sevilla llevó a cabo esa temporada y con la moral hundida por los malos resultados cosechados. "El principio, lógicamente, fue muy complicado. El equipo sabía de sobra que el descenso estaba cantado, pero aun así pudimos hacer un trabajo satisfactorio, algo que nos sirvió para encarar la siguiente temporada con mucha ilusión".

Y con esa ilusión, y con la certeza de que una invitación federativa podría devolver al equipo a la máxima categoría en un año, el Sevilla arrasó en la División Provincial ganando sus 41 partidos, y recibiendo la invitación de la Federación para volver a la Superliga. "Fue una temporada de preparación para la presente, en la que tenemos un equipo muy joven que en ocasiones peca de inexperiencia, pero tengo mucha confianza en las chicas y en la segunda vuelta", declara convencido y esperanzado en el futuro: "El Sevilla ha creado una estructura, hay un filial en Liga Nacional, además de una sección de fútbol base, y de esta forma está asegurado el futuro de la sección femenina, un futuro por cierto bastante alentador, que comenzará a dar frutos de aquí a cuatro o cinco años", augura este enamorado de los banquillos, uno de los principales culpables de que la sección femenina sevillista vuelva a codearse con la elite.

stats