Entusiasmo o rendición
sevilla - barcelona · la previa
El Sevilla afronta otro hermoso reto, discutir la hegemonía del balón al Barcelona hasta lograr vencerlo. Nasri, deseoso de jugar, se probará para saber si tiene el plácet de Sampaoli.
Como Martin Luther King, Jorge Sampaoli tiene un sueño. Al pastor protestante -bautista siendo puristas- lo mató la sinrazón del miedo al otro y su sueño lo vio cumplido desde la otra vida. Al entrenador argentino no lo va a matar el Barcelona, pero sabe que sólo llevando a rajatabla el dictamen de su idea puede salir vivo, futbolísticamente, del envite contra el coloso azulgrana. Evidentemente, es menos temerario arriesgar en un contexto futbolístico que en el de aquellos convulsos años 60 de un país aún carcomido por el racismo más irracional, si es que hay algún racismo racional, por lo que habría que hablar más de rendición que de muerte. Y para evitar la rendición, el único camino es seguir la bandera del entusiasmo.
El sueño de Sampaoli pasa por que los once jugadores que elija para el empeño tomen como ejemplo el entusiasmo que está mostrando Nasri por jugar, aun a riesgo de romperse muscularmente. Al propio entrenador lo sorprendió el francés. "Llama la atención porque él hace muy poco tiempo que está aquí", dijo ilustrativamente el técnico sevillista. Pero el sueño de Nasri sí que es un riesgo elevado y ahí anda Sampaoli, meditando qué hacer entre el empuje de su jugador y la necesidad de su equipo, a corto y a largo plazo.
A corto plazo, es indudable que Nasri ha demostrado de sobra su compromiso y su calidad, y que ante un rival como el Barcelona se haría más necesaria que nunca su habilidad para pegarse el balón a la bota y poner al servicio del equipo su innata clarividencia para este deporte. A largo plazo, y con un parón tras la cita de esta noche, la prudencia aconseja reservarlo para más adelante. He ahí la disyuntiva que bulle en la cabeza de Sampaoli: dejarse llevar por el entusiasmo de Nasri o rendirse a la evidencia del peligro inminente... Apuesten por lo primero.
Hasta ahora, y desde el primer día, Sampaoli ha llevado a gala ese empuje tremendo sin mirar hacia atrás, sin hacer caso a agoreros o tremendistas. No hay espacio para el miedo en su ideario y a esa piedra angular de su filosofía se agarrará para intentar batir al Barcelona. Aunque tampoco estaría mal recordar que él mismo le puso bridas a su arrojo en citas de primer nivel, como la de Turín.
Sea con Nasri o sin él, sí parece que tiene carácter empírico lo acaecido semanas atrás cuando el Sevilla recibió al Atlético con la intención de dar un salto cualitativo a su puesta en escena en esta Liga. Y Sampaoli apostó entonces por probar el once inicial en Zagreb ante el Dinamo. En esta ocasión, ha habido un día menos de descanso, pero también hay que tener en cuenta que el equipo pernoctó en Sevilla el miércoles, evitando el cansancio del viaje a Croacia, y que el partido es nocturno, con lo que el lapso de horas podría permitir que repitiera la fórmula.
En este caso, y dependiendo de la prueba que hoy se hará Nasri, el francés entraría en el once por Ganso. Enfrente estará un Barcelona que llega con la defensa cogidita con alfileres, igual que lo está la del Sevilla. La baja por sanción de Mercado se une a la muscular de Pareja, con lo que el propio entrenador descartó el dibujo de tres centrales, en una vuelta obligada a la de cuatro defensas. Pero más que la defensa, hay que mirar lo que habrá de medio campo para adelante entre dos escuadras que van a retarse en un precioso pulso por hacerse con el balón en propiedad, curiosamente, con dos esquemas muy similares. La diferencia estriba en la calidad entre el tridente ofensivo azulgrana, Messi, Luis Suárez y Neymar, y el que podría ofrecer el Sevilla. Pero que el balón va a ser discutido es indiscutible. Y que la pelea en el medio campo va a ser épica, también. Porque si Nasri juega acompañando a N'Zonzi puede que hasta tenga ventaja ahí el Sevilla sobre el Barcelona. El crecimiento sostenido lo ha llevado hasta ahí. Ahora queda hacer patente esa realidad.
Pareja no entra y Sampaoli se queda sin su plan de tres centrales
Una sobrecarga muscular sufrida por Pareja durante los entrenamientos previos al viaje a Gijón se está alargando más de la cuenta. Sabido es que el central argentino viene padeciendo estrés muscular desde su grave lesión de rodilla, por lo que Sampaoli trató de dosificar sus esfuerzos, algo que no pudo hacer con continuidad debido a las bajas en la defensa. Se une su ausencia en la convocatoria a la de Mercado por la estúpida amarilla que vio en Gijón, por discutir con el meta Cuéllar... De este modo, el técnico argentino se queda sin su plan prístino e idóneo, el de los tres centrales, con los que el equipo se siente más seguro para volcarse totalmente al ataque. En la lista, similar a la del Dinamo de Zagreb, la novedad es la inclusión de Nasri, precisamente por Mercado.
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