Sangre nueva que bulle
José Castro recela de la crisis del Barcelona y enfatiza su confianza en que Sampaoli facilite el logro de retos distintos: "Me enamoró de él sus ganas de conseguir otras metas".
La actualidad sevillista es como una botella de buen vino espumoso recién descorchada. Pura efervescencia. Casi todo es dicha hoy. Y el "casi" lo provoca la recurrente frase de Monchi a un medio, habitualmente foráneo -esta vez Catalunya Radio-, advirtiendo de la posibilidad de marcharse. Cada equis meses salta su frase, que siempre se desinfla como un globo. Por ello José Castro se gustó en la presentación del nuevo patrocinador. En tiempo de parabienes es un placer atender a los medios...
El Sevilla, cuarto en la Liga, a un punto de los octavos de la Champions, con el filial segundo en la Liga 1|2|3 y la cartelería anunciando para mañana la visita del Barcelona de Messi. ¿Quién da más? Julen Lopetegui, que como postre convoca a Escudero, además de Vitolo, para la selección.
Lo primero es lo primero. La llegada de Messi, Luis Suárez, Neymar, Rakitic... como amenaza para el fortín de Nervión. Recela el rector sevillista de la crisis azulgrana: "No puedo hablar de minicrisis porque de un equipo que tiene una plantilla llena de jugadores extraordinarios, las crisis no me las creo. El Barça va a venir a ganar y nosotros vamos a intentar hacer lo mismo. Será un partido extraordinario donde se jugarán tres puntos muy importantes para la Liga".
¿Quiere decir Castro que el Sevilla puede sostener el pulso por el título hasta primavera? "No voy a vender humo. El Barcelona nos dobla varias veces en presupuesto, es decir, es mucho más potente que nosotros, pero el fútbol es grande por eso, porque puede ganar cualquiera. Aspirar al título de Liga es difícil, hay equipos más potentes, pero sí es verdad que nadie nos va a quitar la capacidad de soñar y luchar por estar en lo más alto. Éste es el año de intentar hacer algo importante en la Champions y nuestra ilusión es llegar a esta competición por la vía de la Liga. Es complicado, pero nadie nos va a quitar la ilusión de pelear por ello".
Esa ilusión es la alienta el desempeño del equipo. Y tras él, la mano de Sampaoli. Enfatizó el presidente su fe ciega en su entrenador. "Me da confianza, pero nadie ha tenido más confianza que yo desde el principio. Es cierto que no salían las cosas, pero estamos hablando de un técnico que lo ha ganado todo en América, al que le hemos dado una buena plantilla y que tiene la capacidad de usarla de la mejor forma para conseguir los objetivos. Me enamoró de él sus ganas de triunfar, de conseguir metas nuevas, de cruzar el charco y hacer historia aquí. Y nosotros necesitábamos eso, sangre nueva para reforzar nuestra forma de ver el fútbol y conseguir muchas cosas, con humildad, pero con ambición (...). La máquina se está engrasando y ya vamos viendo cada vez mejor al equipo".
El gran responsable de que Sampaoli cruzara el Atlántico para estrenarse en Europa de la mano del Sevilla es Monchi. Ese director general deportivo que parece mucho más capacitado para convencer a Sampaoli, Nasri o al que se le precie de recalar en el club de Nervión, que en autoconvencerse de que su puerta de salida no puede estar permanentemente entreabierta en su mente. Castro abrochó su intervención con ese pan nuestro de cada día en el presente de su club. Los amagos de irse de Monchi. Ese "casi" que impide la dicha plena del sevillista hoy: "Hay que vivir el presente. Haré todo lo posible y trabajaremos por que siga siendo feliz en el Sevilla y siga aquí muchos años, pero hay que vivir el presente". Y ese presente refleja que la sangre nueva bulle en espera del Barça.
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