Piedra sobre piedra

El Sevilla irrumpe con fuerza entre los grandes de la Champions Líder de su grupo y único junto al Leicester con su portería a cero, ya es visto como un cruce a evitar

Castro, con la urna que integraría la primera piedra de la nueva grada de la ciudad deportiva.
Castro, con la urna que integraría la primera piedra de la nueva grada de la ciudad deportiva.
Texto: Jesús Alba· Vídeo: Álvaro Ochoa Sevilla

04 de noviembre 2016 - 05:02

El presidente del Sevilla, José Castro, metió ayer en una urna, como mandan los cánones en la colocación de la primera piedra de una nueva edificación, los periódicos del día. En casi todos ellos, un grito atronador de Vietto cantando el primer gol al Dinamo de Zagreb en primera página daba muestras del nivel que ha alcanzado este equipo y esta entidad. Desde luego, el club no podía haber elegido mejor día para dejar este momento para la historia, con la nueva grada de la ciudad deportiva. Posiblemente, el Sevilla vive sus mayores glorias. Pasado el nivel de dominar de cabo a rabo una competición como la Europa League, con tres títulos consecutivos y cinco en total, lo que queda es crecer en la Champions y hacerse grande entre los grandes de verdad.

En esos periódicos se encontraban las crónicas de un Sevilla líder de su grupo por delante de la Juventus e imbatido en la Champions. Y no sólo eso, el equipo de Jorge Sampaoli es el único, junto con el Leicester inglés, de los participantes en la fase de grupos que no ha recibido ni un solo gol en contra. El Sevilla está al nivel de los más grandes, es respetado en España y empieza a ser mirado de otra manera en Europa. No en vano, pese a no estar aún clasificado de forma matemática, a dos jornadas de la conclusión de la fase de grupos ya se empiezan a hacer cuentas con los cruces de octavos de final y ahí los rivales ya ven a los de Sampaoli como uno de adversarios a los que habría que evitar. Si la posición del Sevilla en un grupo con la Juventus estaba más o menos clara, empieza a no estarlo tanto, pues su capacidad para competir crece a pasos agigantados adecuándose al medio de una manera que no está al alcance de todos.

El Sevilla, después de hacer hincar la rodilla al imbatido y rocoso Atlético de Simeone, se ha convertido en un equipo temible en el Sánchez Pizjuán y la mente, después de golear al Dinamo de Zagreb, está puesta ahora en la visita del Barcelona a un estadio en el que esta campaña han doblado la rodilla todos los equipos que han pasado en siete partidos oficiales, cinco de Liga (Espanyol, Las Palmas, Alavés, Betis y Atlético) y dos de Champions (Lyon y Dinamo croata).

"El Barça es un grandísimo equipo, pero en el Ramón Sánchez-Pizjuán sufren todos", decía el propio Castro la misma noche del partido ante el Dinamo en un programa radiofónico nocturno (Onda Cero).

El Sevilla es una realidad. Ahora que ha probado la Champions nadie quiere ya el consuelo de la competición favorita de este club que no se cansa de crecer. Es una posibilidad que está ahí, pero que haya pocas opciones de quedar tercero lo lamenta parte del sevillismo no sin su pizca de guasa. La ambición se renueva día a día. La primera piedra y los cimientos están puestos. Ahora hay que tirar pisos hacia arriba.

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