Mejor la evolución que el plan
sevilla f.c.
Sampaoli rectificó para bien duelos en los que generó dudas: Las Palmas, Alavés, Lyon, Betis, Atlético o Sporting.
Cuando el público no iniciado etiqueta de modo simplista a entrenadores diciendo que son "de mejorar a sus equipos con los cambios" o, por el contrario, de buenos planteamientos iniciales pero incapaces de leer bien los partidos no sabe bien lo lejos que está de la realidad. Para empezar, son profesionales de trabajo de toda una semana (muchas horas al día aparte del tiempo real de ejecución de las sesiones de entrenamiento) y no sólo de domingo a domingo en la banda dando instrucciones con más o menos vehemencia a sus jugadores.
Todo suma y todo resta, aunque a veces haya tendencias que puedan decir que un determinado equipo se comporta mejor tras un retoque o empeora después de las sustituciones. Sampaoli, por ejemplo, a la pregunta hace dos sábados de por qué había esperado al minuto 89 para hacer la primera sustitución ante el Atlético respondió que cambiar a un jugador por otro es un recurso que utiliza cuando es necesario, no por obligación. Otra de las etiquetas que se suele poner a técnicos es que suelen tardar más o menos en mover las piezas.
La prueba de que todo esto no es así ni tiene por qué ser así fue que frente a los de Simeone, el día en el que Sampaoli ha recibido más elogios a nivel no sólo local sino nacional, el Sevilla mejoró durante el desarrollo del encuentro, particularmente en la segunda mitad, sin necesidad de mover el banquillo.
Pero no ha sido un hecho aislado. Por una cosa o por otra, unas veces por alguna modificación táctica, otras por un simple cambio de hombre por hombre y en alguna ocasión sin nada a lo que achacar aparentemente la mejoría, el Sevilla ha acabado los partidos con mejor son que los empezó. Y eso, de alguna manera, debe ser culpa de su entrenador o, haciendo extensivo el mérito al cuerpo técnico al completo, incluyendo a analistas que se apoyan en imágenes para asistir al técnico en el descanso.
Si fresca está la reestructuración que el de Casilda realizó en El Molinón ante la lesión de Nasri, con la entrada de Iborra para tener más claridad en la salida y que N'Zonzi no se viera superado como lo estaba siendo en la primera parte, ya habría que remontarse a la visita de Las Palmas a Nervión para recordar cómo Nasri en su debut retrocedió diez o quince metros para empezar a recibir el balón más cerca de N'Zonzi y descubrir el nuevo rol que el crack francés está desempeñando en el Sevilla. Sin ofrecer una gran imagen, los blancos remontaron en el descuento en dos acciones de Carlos Fernández y Vitolo, que provocó un penalti.
Algo parecido a lo de Gijón ocurrió en el partido clave de la fase de grupos de la Champions ante el Lyon, un duelo en el que el Sevilla mejoró notablemente cuando Iborra salió al campo para asistir a N'Zonzi y permitir que éste pudiese prolongar su juego más arriba. El Sevilla acabó ganando con un gol de Ben Yedder y ofreciendo una mejor impresión con la evolución del partido que con el plan inicial.
También ante el Alavés, cuando aún corría excesivos riesgos atrás con dos centrales y la obsesión de sacar el balón jugado pese a la presión de los rivales, mejoró con el paso de los minutos. Sampaoli atascaba el ataque con muchos futbolistas y pocos espacios y el Alavés asustó en contras e incluso dio un balón en el poste. Ganso, que salió desde el banquillo para hacer su mejor partido, fue quien lo sacó del desorden que pedía el choque.
O incluso en el derbi, con algún matiz ya que las dudas no llegaron con el plan inicial sino al salir Sarabia por un Iborra esta vez titular (lo que coincidió con la fase en que el Betis empezó a despertar y a asomarse al área de Sergio Rico) varió para mejor Sampaoli al Sevilla cuando metió a Kranevitter los últimos quince minutos.
No está escrito y nunca se sabe dónde está la clave de un partido, pero de momento a Sampaoli le ha ido mejor con la evolución que con el plan, aunque éste también haya sido efectivo a veces. En Turín.
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