Debatir desde la sonrisa

Campions League: Dinamo de Zagreb-Sevilla · La previa

El Sevilla busca un triunfo casi obligado ante el Dinamo de Zagreb para allanar su camino hacia los octavos. El ánimo sube varios puntos tras acabar con la racha fuera en la Liga.

Foto: EFE
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Francisco José Ortega Enviado Especial A Zagreb

18 de octubre 2016 - 05:02

Viaje con la sonrisa de oreja a oreja en el Sevilla. Después de acumular sinsabores durante más de una temporada en el torneo doméstico, el primer triunfo fuera de casa en la Liga ha quitado muchas toneladas de carga negativa de las mochilas de los futbolistas de Jorge Sampaoli y eso se hacía patente ayer cuando se montaban al avión que los condujo hasta Zagreb, capital de Croacia. Aquí aguarda el Dinamo, el eterno campeón de este país con permiso del Hajduk de Split, su gran rival, y últimamente de un Rijeka que ya se midiera al cuadro entonces dirigido por Unai Emery en el camino hacia la segunda de las Ligas Europa conquistadas con el vasco en el banquillo nervionense. Son recuerdos de tantas y tantas batallas como ha tenido que librar este Sevilla triunfal, pero todo eso queda aparcado por un Sampaoli que se revuelve para sus adentros cuando se le recuerda la positividad que genera el triunfo en Leganés. Nada de pensar en eso, sólo vale ganar esta noche en el estadio Maksimir, una de las claves en la resolución del Grupo H de la Liga de Campeones.

¿Y por qué es una de las claves? Está claro que el Dinamo de Zagreb es la cenicienta de ese cuarteto que integraban Juventus, Sevilla, Olympique de Lyon y el propio campeón croata. De eso no tiene la menor duda ni el más forofo de los seguidores sevillistas y las dos goleadas encajadas por los jóvenes futbolistas del Dinamo en las dos primeras jornadas se encargaron de corroborarlo. 3-0 perdieron contra el Olympique en Lyon y nada menos que 0-4 se impuso la Juventus en su visita a esta misma ciudad hace tres semanas. Esto quiere decir que los dos rivales del Sevilla han cumplido con su obligación de derrotar al contrincante más endeble del cuarteto y ahora la presión recae en la tropa adiestrada por Sampaoli.

Nadie lo va a pregonar en público, pero el objetivo que se ha marcado el Sevilla, siempre desde el más profundo respeto al equipo desde el que llegara un mito como Davor Suker, es adicionar los seis puntos que están en juego en esta doble jornada con el campeón croata, ya que el próximo rival en el Ramón Sánchez-Pizjuán también será el mismo Dinamo que ahora entrena el búlgaro Ivaylo Petev. Un pleno de dos triunfos sería fundamental para que la clasificación quedara encarrilada para los blancos antes del doble duelo con la Juventus y el Olympique de Lyon que cerrará el cuadrangular a finales de noviembre.

Pero, dentro de no ser pronósticos descabellados, ésos son cuentos de la lechera y el cántaro puede partirse en el fútbol cuando se piensa con tanta antelación. El Sevilla deberá ofrecer su mejor versión esta noche en el antiguo Maksimir de Croacia, un recinto con capacidad para 40.000 personas con pistas de atletismo alrededor y que alberga los partidos del Dinamo desde hace muchas décadas para asistir al nacimiento de grandes talentos futbolísticos.

Aquí, con poco más de 10 grados, el Sevilla tiene que demostrar que está capacitado para sostener su rendimiento ganador en el tiempo. Y también, por qué no decirlo, para comprobar si Sampaoli es capaz de dar con la tecla para que su equipo no sólo sume puntos sino que también se acerque a ese tipo de fútbol que tanto pregona el argentino cuando se le llena la boca a la hora de hablar de "la idea". Alcanzar esa obsesión, en la que sus equipos se convierten en protagonistas del fútbol, protagónicos los denomina también el argentino, sería algo así como llegar a la velocidad de crucero para el actual entrenador del Sevilla.

Pero el fútbol, por una razón u otra, le niega la mayor y el Sevilla está mucho mejor en lo referente a los resultados que a esos conceptos que tanto preocupan al cuerpo comandado por Sampaoli y Lillo. ¿Será hoy el partido en el que el Sevilla sea capaz de plasmar en el terreno de juego el trabajo que tanto persiguen sus entrenadores? No estaría mal que así fuera, pues eso facilitaría aún más la consecución de otro triunfo en este caminar que, si se examina exclusivamente a través de los números, es casi intachable por parte de los técnicos. Es una de las bellas contradicciones que tiene este deporte llamado fútbol, que cuando todo debería ser felicidad por el balance del que puede presumir este Sevilla, pues ésta no llega a ser completa por la sencilla razón de que se ha vendido previamente la idea de que todo iba a ser a través de una conducta que sólo se ve en los potreros. El amateurismo, así lo llama una y otra vez Sampaoli y a él se agarra con fuerza todo el sevillismo a la espera de que se plasme en los partidos.

Mientras sí, mientras no, no está mal que los resultados sigan acompañando. Y que levante la mano el sevillista que no cambiaría otra vez esta noche desarrollar un partido llamémosle normal y acabar con siete puntos en el casillero clasificatorio de la Liga de Campeones. Seguro, segurísimo, todos se apuntarían a esa idea, pues todos disfrutaron en grande de las primeras horas de la tarde del sábado después de haberse impuesto por 2-3 en Butarque a pesar de que el cuadro local fuera capaz de igualar el 0-2 que ya tenían Nasri y compañía en el arranque del segundo periodo. Eso es lo único trascendente del fútbol, lo demás pertenece al debate y a las pasiones que, afortunadamente, genera este maravilloso deporte.

Dentro de esta concatenación de esfuerzos que no permiten casi el respiro a los profesionales y a los aficionados, otra cuestión a discernir es si Sampaoli optará por dosificar la carga de trabajo entre sus futbolistas. En Butarque apostó por mantener el mismo equipo por tercer partido consecutivo después de los dos triunfos anteriores ante el Lyon y el Alavés. Sólo varió la entrada de Iborra por el fatigado Mercado en el centro de la zaga, pero hay que tener en cuenta que después del Dinamo aguarda el Atlético de Madrid...

A priori, y si nos atenemos a las conversaciones que se mantienen en privado durante todos los viajes, la idea de Sampaoli es darle la mayor importancia a este choque con el Dinamo y dejar en un segundo plano el encuentro contra Atlético. Eso mismo también dijo en la rueda de prensa oficial, pero después habrá que comprobar quiénes son los once elegidos para esta batalla contra ese rival liderado por el jovencísimo Ante Coric, un talento de 19 años que quiere coger el testigo de otras glorias surgidas de la cantera del Dinamo.

No sería extraño que el Sevilla afrontara este encuentro con algunas novedades en su alineación, ya que el recuperado Rami, por ejemplo, es uno de los que deben tener cabida, igual que no sería descabellada la entrada de Ganso y de Sarabia. Pero resulta tan complicado leer el pensamiento de Sampaoli en estas cábalas prepartidos que es mejor no elucubrar para no caer en más errores de la cuenta. Lo que es seguro es que el Sevilla saldrá con once y que con los futbolistas que elija su técnico está obligado a alcanzar un triunfo que allanaría el camino hacia los octavos de final. Es el gran objetivo marcado por el consejo de administración. ¿Con un Sevilla protagónico? Mejor si es así, pero si el resultado final es un triunfo del Sevilla para qué debatir nada.

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