Setién potencia el ideario
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El cántabro encajó en Las Palmas por su fútbol de toque y ahora quiere crecer allí Ha empezado con dos pivotes en lugar de uno... y van líderes
La isla de Gran Canaria vive el fútbol con pasión. Y con el respeto a un ideario sagrado: juego de toque, salida en corto, apoyos. Y la pausa como elemento clave. Prima el talento sobre el físico. La UD Las Palmas ha atravesado un vasto desierto. Durante décadas ha vivido del recuerdo, del aroma que dejó aquel equipo de los Guede, Germán o Tonono que en la Liga del 68 peleó por el título hasta la penúltima jornada con el Real Madrid y que perdió una final de Copa con el Barcelona en el 78. A finales de los ochenta se despeñó, sólo se asomó de forma ocasional a Primera a inicios de este siglo pero ahora quiere volver a ser alguien en el fútbol español. Y en ello está de la mano de Quique Setién, alguien que jugó interpretando un ideario muy similar al canario y que ahora, como entrenador, lo respeta a pies juntillas.
SIN BALÓN
Setién ha empezado la temporada con una ligera variante. Del 4-1-4-1 que fue tan habitual la pasada Liga, ha variado, al menos en las dos primeras jornadas en Valencia (2-4) y ante el Granada en casa (5-1), a un 4-2-3-1. Vicente Gómez se sitúa esta vez al lado de Roque Mesa, la pieza clave del engranaje amarillo, que la pasada campaña jugaba como único pivote y que acabó como líder en balones recuperados en el campeonato, ahí es nada.
La llegada de Boateng, ausente hoy, a la línea de mediapuntas en estos primeros compases de la temporada se equilibra con el orden táctico y el equilibrio de Vicente Gómez. El alta de Tana -talentoso pero bullidor y trabajador- abundará en esto último.
Las Palmas no se distingue por su potencia física y por ello no suele apretar arriba cuando pierde la pelota. Opta por el repliegue. La zaga, en la que es novedad Michel Macedo en la derecha, cuenta con la experiencia e implicación de los canarios David García y Dani Castellano, más el oficio de Bigas, un central no muy alto pero agresivo y rápido.
CON BALÓN
"El éxito de las Palmas es que juega como si lo hiciera en la calle". Así definía Quique Setién la clave de que los canarios lideren hoy la tabla de la Liga Santander con seis puntos de seis posibles y nada menos que nueve goles marcados en esos dos partidos. Y tres de esos tantos, en la primera parte en Mestalla.
El entrenador cántabro ha potenciado la filosofía del equipo. Ha dado rienda suelta a esa idiosincrasia que marca la rutina en los potreros de la isla: jugar con constantes apoyos, trenzar la jugada por abajo, triangular. El gusto por la posesión, por la pelota. Como los niños en la calle.
Roque Mesa es el que suele decidir por dónde empezar a tejer. Y a partir de ahí, se asocian por delante Jonathan Viera -tras su fallido éxodo a la península disfruta en su equipo, en su tierra y bajo el patrón que lo hizo futbolista-, El Zhar, Tana... U otros ejemplos autóctonos, como Momo. Parece que ahí encaja también Boateng, libre de ataduras. Y como punta de lanza, el croata Livaja para afilar las jugadas.
LO MEJOR
Llegan sin presión tras su gran arranque, confían a ciegas en su entrenador y el método. Y sobre todo, disfrutan sobre la hierba.
LO PEOR
Si el rival impone un ritmo alto, con una presión acusada, le puede faltar físico para responder.
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