...Y Basilea: romance de un amor que no cesa
Análisis histórico
El Sevilla redondea su década prodigiosa clasificándose para su quinta final continental, en un acto de lealtad absoluta a su propia historia. Emery y su legión aspiran a un repóquer de leyenda.
Van pasando los años, van cogiendo pátina los bronces con los nombres de sus mitos, van cayendo heridos en el camino de gloria que marcó cierta noche de abril Antonio Puerta y el Sevilla continúa siendo fiel a su epopeya de gloria. Que por mayo era, por mayo, cuando hace la calor... La lluvia le puso prólogo lírico a un nuevo capítulo dorado en la historia del Sevilla Fútbol Club. Lo que parecía un milagro fruto de la inesperada alineación de los astros ya se ha evidenciado como una colección de gestas que acrecentan la leyenda. Es el romance del amor más fiel y arrebatado, la crónica de una pasión que acumula versos de épica, el cuento hermoso de nunca acabar, como sueñan todos los niños. Tras Eindhoven, Glasgow, Turín, Varsovia... y Basilea. Póker de títulos, repóker de finales, no va más, ¿o sí? El mes de mayo se va quedando sin fechas anodinas.
El olimpo de los mitos sevillistas abre de nuevo sus puertas de par en par para acoger a los nuevos héroes. Esa puerta de gloria que abrió un chaval de Nervión la noche del 27 de abril de 2006 sigue con las jambas extendidas, como brazos abiertos, para dar calor a los sufridos guerreros de la nueva hazaña. Cayó Puerta y en su honor la legión de Emery le dedicó dos títulos más, los de Turín, 14 de mayo de 2014, y Varsovia, 27 de mayo de 2015. Todo empezó en Eindhoven, el 10 de mayo de 2006, luego siguió la proeza de Glasgow, 16 de mayo de 2007... Bueno, no, todo empezó la noche mágica de aquel Jueves de Feria, tan elevado en su sustancia lírica que hasta el rival derrotado lo sigue recordando como una pieza inigualable de su dilatada historia continental.
Mientras el Schalke 04, una década después, recuerda al héroe que murió tras aquella batalla eterna, el Sevilla continúa brindándole páginas de oro para agigantar la leyenda de su zurdazo. Qué habría sido de este romance fidelísimo y ardoroso sin aquel primer beso del amante más leal. Y del Sevilla de Juande, Kanoute, Daniel Alves, Luis Fabiano, Jesús Navas, Puerta y Palop se ha pasado in ictu oculi al Sevilla de Emery, Gameiro, Vitolo, Banega, Krychowiak, Coke y David Soria. Ahí están otra vez, en la quinta final.
La legión de Emery ha bebido de la misma fuente que la legión de Juande. Ya no están Rakitic, Mbia, Alberto Moreno, Fernando Navarro o Aleix Vidal, igual que ya no están Javi Navarro, David, Martí, Renato o Maresca. Beto ha pasado a un segundo plano ante la irrupción de Sergio Rico y David Soria, Fazio le cedió su puesto a Rami y Mbia le dio el testigo a N'Zonzi por mucho que algunos quisiesen hundir en el prejuicio de la comparación injusta al longilíneo y elegante futbolista francés. Pero pervive el marchamo del Sevilla Fútbol Club, el que está recogido en el himno de Osquiguilea y en el de El Arrebato. De la casta y el coraje al dicen que nunca se rinde, el eco de la canción de amor sevillista sigue resonando por Nervión una década después.
La clasificación para la tercera final de Unai Emery llegó en un curso de continua desazón. El bache decreciente en la Liga, en pago a la dejadez forastera, ha contrastado con la hombría de un equipo que supo levantarse del varapalo en la Champions, tan ansiada, tan esperada. Del durísimo Grupo D salió un equipo más rocoso, tras dejar a los pies de la tragedia a la Juventus con aquel cabezazo de Llorente. Sin que hayan brillado las estrellas rutilantes del verano, el Sevilla se nutrió de su esencia para ir sobreviviendo en Europa y en la Copa. Las lesiones fueron continuas. Si el año pasado el compañero herido fue Pareja, este lo ha sido Krohn-Dehli. Gameiro ha emulado al mejor Bacca, Banega se decidió a recitar el adiós más honroso, y Reyes se ha resignado a inculcar su sevillismo a la nueva hornada de legionarios como capitán y a derramar su duende con cuentagotas. Así, a borbotones de coraje, con sangre, sudor y lágrimas, tras la proeza en la Copa del Rey, llegó la nueva hazaña. ¿Otra vez? Sí, otra vez. 18 de mayo de 2016: Basilea.
Las 7 finales españolas
El Sevilla ha disputado cinco títulos de Copa en Madrid y dos en Barcelona
30.06.1935 (Chamartín): Sevilla-Sabadell (3-0)
SEVILLA: Eizaguirre; Euskalduna, Deva; Alcázar, Segura, Fede; López, Torróntegui, Campanal, Tache y Bracero. SABADELL: Massip, Morral, Blanch, Argemí, Font, Gracia, Sanguesa, Calvet, Gual, Barceló y Parera. Goles: 1-0 (36') Campanal. 2-0 (75') Campanal. 3-0 (87') Bracero. Árbitro: Pedro Escartín. El camino a la final: El Sevilla eliminó en octavos de final al Real Madrid (1-0 en Nervión y 0-0 en Chamartín); en cuartos, al Atlético (2-2 en Madrid y 3-2 en Sevilla); y en semifinales, a Osasuna (4-1 en casa y 0-1 en Pamplona).
25.06.1939 (Montjuïc): Sevilla-Ferrol (6-2)
SEVILLA: Bueno; Cayuso, Villalonga, Torrontegui, Félix, Leoncito, López, Pepillo, Campanal, Raimundo y Berrocal. FERROL: Alberty; Caliche, Moreno; Bertolí, Silvosa, Basterrechea, Lelé, Gallart, Barrio, Edelmiro y Portugués. Goles: 1-0 (5') Raimundo. 2-0 (20') Campanal. 3-0 (25') Torróntegui. 4-0 (37') Raimundo. 5-0 (41') Berrocal. 5-1 Edelmiro, de penalti. 5-2 Silvosa. 6-2 (58') Berrocal. Árbitro: Sr. Arribas. El camino a la final: Eliminó al Ceuta (3-4 y 2-1); al Aviación Nacional (2-0 en Madrid y 4-1 en Sevilla) y al Alavés (6-5 y 1-1 en Vitoria).
04.07.1948 (Chamartín): Sevilla-Celta (4-1)
SEVILLA: Busto; Joaquín, Belmonte; Alconero, Antúnez, Eguiluz; Pineda, Arza, Mariano, Domenech y Campos. CELTA: Simón (Alonso, 61'); Mesa, Cabiño; Gaitos, Alonso, Yayo; Roig, Miguel Muñoz, Pahíño, Aretio y Vázquez. Goles: 0-1 (6') M. Muñoz. 1-1 (19') Mariano. 2-1 (60') Mariano. 3-1 (75') Mariano. 4-1 (77') Arza.Árbitro: Sr. Vilalta. Roja al céltico Pahíño.
También te puede interesar