La caza del Mayo Amarillo
El desgaste del Villarreal en Liga y su goloso frente europeo abre las opciones de Sevilla, Celta y Athletic.
Cada año, alguna cadena generalista de la parrilla televisiva repone La caza del Octubre Rojo, esa entretenida película que aguanta la edad (1990) basada en la novela de Tom Clancy. En ella, un submarino nuclear soviético, al mando de un general encarnado por Sean Connery, trata de desertar y entregarse a los brazos de Occidente. En nuestra Liga también se ha escapado un submarino, amarillo que no nuclear, y pretende llegar en mayo a puerto el cuarto, dentro de ocho jornadas de viaje. Sus tres perseguidores no son norteamericanos ni soviéticos: hay un sevillano, un vigués y un vizcaíno. Tres a La caza del Mayo Amarillo...
El insperado punto que sumó el Villarreal ante el Barcelona el pasado domingo reactivó sus opciones y su moral después de ese 4-2 que acababa de sufrir en Nervión, una derrota con remontada sevillista que además entregaba a los blancos el goal average particular. Sólo una semana después, los castellonenses sonríen de nuevo: son cuartos con 54 puntos, por 48 del Celta y el Sevilla y 47 del Athletic.
El Villarreal lo tiene en la mano. Depende de él. Y más teniendo en cuenta que ya ha jugado con el trío de enemigos en esta segunda vuelta. Por lo tanto, ninguno de ellos tiene en su mano la posibilidad directa de recortarle otros tres puntos a los de amarillo. Dos partidos de ventaja con ocho en el horizonte es gran ventaja. ¿A qué factores se agarran los pretendientes?
Marcelino García Toral sabe que, si no visan el ingreso en la Champions allá por mayo, será por sus propios errores, más que por el acierto extremo de alguno de los de atrás. Pero un vistazo a las dos últimas Ligas lo obliga a estar con la guardia bien alta: fueron de más a menos y se desinflaron.
El Villarreal de la Liga 2013-14, en la jornada 30ª, era séptimo con 48 puntos, a ocho del Athletic (56) que era cuarto y a dos del Sevilla (50), quinto; acabó sexto con 59 puntos y más distanciado de ambos, a 11 del Athletic (70) y cuatro del Sevilla (63). El bloque de Marcelino sólo fue capaz de sumar 11 de los últimos 24 puntos.
En la pasada Liga, peor aún para el Submarino Amarillo: 10 puntos en las últimas ocho jornadas. Acabó como estaba en la jornada 30ª, sexto, pero tanto el Valencia como el Sevilla, cuarto y quinto al final respectivamente, sumaron cinco puntos más que el Villarreal en ese sprint final.
Marcelino tiene ante sí el reto de que su tropa no vuelva a llegar a puerto con la lengua fuera y sin un gramo de fuerzas. Tiene otro ligero hándicap en el hecho de jugar sólo tres de las ocho jornadas como local, eso sí ante rivales asequibles: Getafe, Real Sociedad y Deportivo. Fuera de casa, le queda Eibar la próxima jornada, Rayo y Real Madrid de forma consecutiva, Valencia y, como epílogo, Sporting. Ipurúa se presenta como el desplazamiento más cómodo. Gijón, dependiendo de si el Sporting llega con vida o no.
El Celta tiene una ventaja sobre los tres: no se distraerá con Europa. Emparedadas por las jornadas 31ª, 32ª y 33ª están la ida y la vuelta de los cuartos de final de la Liga Europa: Villarreal-Sparta de Praga y Athletic-Sevilla. Encima, al menos uno de los tres y posiblemente dos, cargará su calendario con las semifinales, incrustadas entre las jornadas 35ª, 36ª y 37ª.
Los gallegos se centran en recibir al Deportivo -un derbi es un derbi-, Betis, Granada y Málaga, y en visitar a Sporting, Espanyol, Athletic y Atlético. Un calendario complicado. Pero si al final del mismo deben mirar el average particular, ojo: de momento, se lo tienen ganado a Villarreal y Sevilla. A ver con Athletic.
El Sevilla, por su parte, le ganó el average al Villarreal con ese gol sobre la campana de Reyes. Tiene que ganar dos partidos más que el Villarreal. Y si lo hace, seguramente, no tendrá que mirar lo que hacen Celta y Athletic. La plantilla de Unai Emery quizá sea la más profunda de los cuatro litigantes, pero haber jugado 24 partidos en las últimas 12 semanas, antes del presente parón, ha desgastado mucho y el entrenador vasco debe recuperar la plenitud física de Vitolo, Krohn-Dehli, Krychowiak o Konoplyanka ante lo que se avecina.
Los sevillistas, a diferencia del Villarreal de Marcelino, han acabado las dos últimas temporadas como un tiro de la mano de Emery. Y eso es un plus. Como también los descarga de tensión esa final de Copa, ya asegurada, ante el Barcelona el 22 de mayo.
Su calendario no es espinoso: ya dejó atrás a los tres cocos. Recibe a Real Sociedad, Deportivo, Betis y Granada. Lo malo es que viaja otras cuatro veces -Valencia, Sporting, Espanyol y Athletic- y... ¡aún no ha vencido fuera! Si no rompe el maleficio y gana al menos seis de las ocho jornadas, lo va a tener casi imposible.
El Athletic Club cuenta con la ventaja de jugar cinco de los ocho partidos de Liga en San Mamés, con su peso y su mística: Granada, Rayo, Atlético, Celta y Sevilla. Fuera, Málaga, Levante y Las Palmas, cuya dificultad dependerá de lo que se jueguen entonces.
El Villarreal, que antes de Sevilla y Barcelona ya perdió en El Madrigal con Las Palmas (0-1) y enlaza cuatro jornadas sin ganar, da síntomas de cansancio de nuevo. Y encima, la Liga Europa se le ha puesto golosa para jugar de una vez una final. Los tres perseguidores apuntan con sus torpedos al Mayo Amarillo...
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