El Betis trabaja de nuevo a contrarreloj. A la espera de la decisión final de Juande Ramos, el preferido para el banquillo, el director deportivo, Eduardo Maciá, también se mueve en el mercado para reforzar la plantilla verdiblanca. De hecho, la intención del valenciano pasaría por la llegada de algún fichaje incluso antes de que se produzcan más salidas. Central, extremo, delantero e incluso un centrocampista entrarían dentro del perfil buscado por la dirección deportiva, que la pasada semana reunió en Sevilla a todos sus ojeadores para acelerar este proceso.

Como informó ayer este periódico, el azulgrana Sandro es uno de los nombres encima de la mesa de Maciá, después de que el Barcelona le anunciase que el canario o Munir saldrían del club en este mercado invernal en calidad de cedidos. Ésa es al menos la intención del club de la Ciudad Condal, aunque las fichas de ambos jugadores son elevadas para los parámetros en los que se vienen moviendo los técnicos.

No son los únicos nombres vinculados a la actualidad verdiblanca. Desde Turquía también se informaba ayer de los contactos con Isaac Cuenca, un extremo criado también en la Masía y que la pasada temporada militase en el Deportivo, aunque ahora juega para el Bursaspor. Incluso desde Italia se vinculaba al argentino Mauro Zárate, ahora en las filas del West Ham, en la órbita verdiblanca, aunque, por ahora, sólo ha sido un ofrecimiento.

El mercado de fichajes se cierra el próximo viernes 29 de enero, según la circular número 4 de esta temporada de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), por lo que Maciá y su equipo de trabajo tienen diez días por delante para configurar la plantilla que finalizará la temporada. Tras las salidas de Matilla, Rennella y Jordi Figueras, el equipo verdiblanco dispone de dos fichas libres. Además, la idea es que tanto Tarek como Vadillo abandonen la disciplina bética en enero, una situación a la que se podrían sumar otros jugadores como Van der Vaart o Xavi Torres, aunque siempre y cuando llegasen ofertas que interesasen a todas las partes.

A la espera de la contratación del nuevo entrenador, el consejo también viene contando con la opinión de Juan Merino sobre la configuración de la plantilla. Precisamente, la figura del linense ha salido reforzada tras el duelo en Villarreal. Las decisiones comprometidas que tomó Merino para su estreno en Primera como entrenador del Betis le acabaron saliendo a la perfección, por lo que su nombre incluso gana adeptos ante el posible escenario que aparezca en el banquillo verdiblanco.

La idea de los dirigentes béticos fue desde el principio la llegada de un entrenador de renombre, de ahí la importante oferta que se le trasladó a Juande Ramos. Ayer, desde diversas fuentes cercanas al club se apuntaba a que las conversaciones con el técnico de Pedro Muñoz no se habían detenido, pese a las altas exigencias de éste, tanto en materia económica como deportiva. Además, Maciá también continuaba recabando informes sobre otros entrenadores, por si finalmente Juande Ramos no pudiera recalar en Heliópolis. Eso sí, en principio será Merino quien se siente en el banquillo el próximo domingo, con lo que tendrá una oportunidad más para demostrar que su trabajo le ha cambiado el aire al equipo.

Con todos estos condicionantes, en el club verdiblanco se trabaja a destajo para enderezar el rumbo. La igualada de Villarreal ha relajado en parte el ambiente, aunque tras los sucesos de la pasada semana todos son conscientes de la necesidad de continuar con los cambios en la plantilla, tanto en materia de entradas como de salidas. La estabilidad deportiva del Betis se antoja esencial para mantener la institucional, después de que el presidente, Juan Carlos Ollero, no pase por su mejor momento. A falta de diez días para el cierre del mercado invernal, Maciá vuelve a trabajar a contrarreloj, aunque los movimientos se irán acelerando en las próximas horas.