Un respiro con mucho tacto

Quién sabe lo que puede pasar, pero el Sevilla debe tratar con mimo una competición que le ha dado muchas alegrías en la última década ahora que la continuidad en Europa está en el aire. La Copa del Rey entra en juego para el equipo de Unai Emery en un cargado diciembre que llega en medio de la indefinición. La irregularidad tiene a la afición de los nervios y dividida y el camino copero debería ser un andar con pies de plomo. Es éste un torneo que puede ser para un equipo de Champions desde un solar diáfano y abierto hasta un campo minado. Las sorpresas en la Copa se han producido siempre y se seguirán produciendo y eso es precisamente lo que le falta a una afición que anda con la mosca detrás de la oreja a todo lo que tiene que ver con el entrenador y socialmente por el bache por el que pasa con las disputas accionariales que pululan alredededor.

Un rival de Segunda División B no debe causar ningún dolor de cabeza a una plantilla confeccionada para competir en Europa al máximo nivel, pero aún tiene que tener fresco el entrenador guipuzcoano la experiencia de hace dos temporadas con el Racing, rival al que además superó en la ida en Santander. En esta ocasión, el Logroñés es la primera valla que hay que saltar, pero, igual que si fuera un rival de superior categoría, hay que ir con paso firme para no tropezar. Es cierto que entramos en una fase de la temporada un tanto engañosa y difícil y los regates de la Copa tampoco ayudan mucho a los equipos que deben competir en Europa.

Llega el momento de dar un respiro a la gente que lo juega todo, y Emery se lo va a dar, pero con sumo cuidado. El Sevilla, además en una convocatoria de sólo 16 hombres por la categoría en la que milita el contrario, dejó en tierra a mucha gente de peso como Gameiro, Rami, Banegas, Krychowiak o Vitolo, pero también es verdad que la segunda línea debe demostrar más cosas de las que, por poner un ejemplo muy ilustrativo, puso en Lugo en un amistoso en el que no pudo ni empatar hace algunas fechas no muy lejanas.

El hombre que menos descanso ha tenido, Krychowiak, dará el relevo a un futbolista que estará ante una verdadera prueba de fuego de cara al resto de la campaña, Cristóforo, mientras que gente como Luismi o David Soria también deben dar el salto y demostrar que están preparados. Son novedad los jóvenes Diego González y Curro y el primero de ellos, que está rindiendo a un gran nivel en el filial, parte con opciones precisamente en el puesto que mejor conoce, el lateral izquierdo, y no en el que juega habitualmente.

Por la cabeza del entrenador pasa dejar sentenciado el asunto por la vía rápida y, de camino, acabar con el fantasma del triunfo fuera que tanto se resiste. También porque reduce los sobreesfuerzos en la vuelta y para ese día en la misma semana hay un compromiso de los que no dejan indiferente a nadie, nada menos que un derbi.