La hora de Llorente ha llegado

La baja de Gameiro da al riojano el relevo en una semana clave. El City, reto para su estreno en Champions.

La hora de Llorente ha llegado
La hora de Llorente ha llegado
Eduardo Florido, Sevilla

02 de noviembre 2015 - 05:02

Carpetazo a la Liga, paso a la Champions. La amarga derrota del Sevilla en Villarreal, consecuencia entre otras cosas de la falta de intensidad de un equipo más pendiente de lo que se juega mañana, da paso a otro partido trascendental. Llega al Ramón Sánchez-Pizjuán el Manchester City y el equipo de Unai Emery está obligado a ganar para mantener la esperanza de seguir vivo en la competición o, en el peor de los casos, de darle continuidad a su periplo europeo en la Liga Europa. Y para este glamouroso partido que obnubiló al Sevilla en El Madrigal está confirmada la baja de Gameiro, que sufre una rotura de grado I en el bíceps femoral y está descartado para mañana. El parte médico no lo descarta para el encuentro del domingo ante el Madrid, pero tratándose de una rotura parece inviable que llegue. Lo que sí llega es la hora definitiva de Llorente.

Al delantero riojano se le ofrece la ocasión de reivindicarse a lo grande en Nervión, después de no haber disputado aún ni un minuto en la Liga de Campeones. Llorente permaneció en el banquillo en el estreno del Sevilla en la Champions ante el Borussia Mönchengladbach, no viajó a Turín después de manifestar molestias musculares en el partido ante el Rayo que precedió al encuentro frente a su ex equipo, y volvió a calentar banquillo en el Etihad Stadium. Mañana Emery no tendrá más remedio que ponerlo en el once, con muchos más motivos que cuando le dio la camiseta de titular recién aterrizado en Sevilla ante el Atlético. El jugador, en el rato que salió para intentar la reacción ante el Villarreal, demostró que ahora sí está en condiciones de ser una referencia para sus compañeros, puesto que, aparte de marcar el 2-1, estuvo a punto de lograr el empate en el penúltimo córner botado por el Sevilla sobre la bocina. Y aportó ganas, garra y juego.

Hasta ahora, Llorente no ha respondido a las enormes expectativas que levantó su fichaje. Su precipitado debut liguero con apenas dos entrenamientos con sus nuevos compañeros apenas tuvo continuidad con otra forzada titularidad ante el Levante. Posteriormente, una vez que Emery se enmendó a sí mismo y apostó por Gameiro como la referencia ofensiva, repitió titularidad en el esperpento que protagonizó el Sevilla en Las Palmas. A raíz de ahí, los problemas de aductores han lastrado su trayectoria hasta ahora. El jugador ya dejó claro el miércoles pasado, en un acto público, que ahora sí está en condiciones físicas para ser el delantero que esperan todos los sevillistas. Y, a decir verdad, lo demostró en El Madrigal, donde el partido invitaba a que hubiera comparecido mucho antes en pos de la obligada reacción y también para darle relevo a Gameiro, que terminó rompiéndose muscularmente de tanto correr estérilmente.

Llorente tiene una dilatada experiencia europea y el curso pasado, pese a que perdió la titularidad en la Juventus a manos de Morata, jugó nueve partidos y marcó un gol en el máximo torneo continental. Además, jugó minutos sueltos en las semifinales ante el Madrid y la final con el Barcelona. El anterior curso disputó cinco partidos de Champions y marcó dos tantos.

La baja de Gameiro también le abre la puerta a Immobile, descartado en los tres últimos partidos. Al italiano se le da bien el máximo torneo continental y puede ser un revulsivo importante. La campaña pasada, en la que no tuvo excesivo protagonismo en la Bundesliga (tres goles en 24 partidos), sí se prodigó en la Champions: cuatro goles en seis encuentros. Lo lógico es que Llorente parta como titular e Immobile espere turno en el banquillo. Ambos tienen experiencia y gol en el máximo torneo europeo. Por ahí no caben excusas.

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