Una tormenta en el Atlántico

Apenas cuatro meses después de que Unai Emery condujera al Sevilla a su cuarta Liga Europa, y que la afición celebrara aliviada la continuidad de su entrenador tras flirtear con el Nápoles, el vasco, y su equipo, se han visto envueltos de repente en una tormenta estival que amenaza con desviar al ambicioso proyecto de su rumbo cuando aún colea el tardoverano: por lo pronto, el Villarreal se le escapa ya a ocho puntos.

Fue triste, pero muy gráfico, que al filo de las dos de la tarde del pasado domingo, con más de 30 grados en Nervión, Krychowiak se dirigiera a los cuatro graderíos, desde el centro del campo, para agradecer su apoyo en la derrota ante el Celta. Pocos aficionados, contados, correspondieron al polaco. El personal, martirizado por el calor y aún absorto por la primera parte que perpetró su equipo, abandonaba el coliseo cabizbajo y meditabundo. O buscando respuestas a esos dos puntos de 12.

Porque el Sevilla, hoy, es un embrollo que urge desenredar cuanto antes. Las miradas convergen en Unai Emery. La plaga de lesiones afecta hasta a seis jugadores: Beto, Pareja, Carriço, Rami, Escudero y Banega. Kakuta sería el séptimo si figurara en el parte médico. Su dolencia es un misterio insondable. Como tantas cosas en este Sevilla que mira la matrícula a sus 19 compañeros de viaje en Primera.

Misterioso, aunque respetable porque quien la lleva la entiende, es que Emery eligiera ante el Celta un equipo inicial prácticamente idéntico al que cuatro días y medio antes sometió al Borussia. Si no repitió equipo, fue porque Tremoulinas se lo impidió con sus molestias. El desempeño de los sevillistas hasta el descanso hizo que la afición tirara de recuerdos. ¿Cuándo una defensa de unos colores tan indigna? ¿Cuándo un papel tan ajeno a la "casta y el coraje"? Cuesta recordarlo. El pinturero Celta de Berizzo jugueteó con él como el mejor Barça de Guardiola hacía con casi todos.

Esa impotencia sevillista en su primer acto ante el equipo olívico, el pasado domingo, fue el corolario de todos los defectos que ya insinuó antes en las taciturnas visitas al Málaga y el Levante. Inconsistente atrás -en su descargo, las numerosas ausencias-, con el mando perdido en el medio, con la creatividad dormida en su alabada línea de mediapuntas y echando de menos a Bacca arriba.

Emery debe sacudir el árbol, mover fichas y que su discurso motivador permeabilice, cale en un vestuario que hoy parece un tanto descosido. Debe embarcar a los recién llegados cuanto antes, porque el Sevilla necesita sangre fresca para suplir a los que se fueron este verano y en espera de que la enfermería se vacíe. Los nombres están ahí, sobre su mesa: Krohn-Dehli, Mariano, Konoplyanka, Immobile, Llorente.

Esta noche, ante la UD Las Palmas, esos fichajes que despertaron entre el personal tan superlativa ilusión tienen que justificarla ya. Krohn-Dehli, que fue de los pocos que se salvaron ante el Celta y que forjó la reacción con su criterio para unir las líneas, apunta a titular en el estadio de Gran Canaria. Está por ver si, como parece, el sacrificado es N'Zonzi, a quien el tórrido mediodía sevillano ante los célticos se le hizo eterno, o en cambio el danés se ubica más arriba, en la mediapunta, para conformar un triángulo por dentro que dé más consistencia al juego.

También se reivindicó con sus 45 minutos de gallardía Fernando Llorente, que mostró una condición física más que aceptable incluso a campo abierto.

¿Y Konoplyanka? Es otro de los inquietantes misterios que marcan las horas en el Sevilla. Emery no termina de verlo preparado para ser el actor principal que reflejan los emolumentos de su contrato. Lo malo es que muchos de los teóricos protagonistas no están listos para actuar en este delicado momento.

Y esta noche hay que actuar con fe, determinación y compromiso para enderezar el rumbo y sacar al ambicioso proyecto de Castro, Monchi y Emery de la peligrosa tormenta estival en la que se ve envuelto. Será en pleno Atlántico.

Viajaron Andreolli, Mariano y Vitolo, y sigue al margen Kakuta

Unai Emery compuso una lista de convocados de veinte jugadores para el desplazamiento, en la tarde de este martes, a Las Palmas, por lo que dos de ellos se quedarán fuera de la relación definitiva de 18 que el colegiado madrileño Carlos del Cerro Grande inscribirá en su acta. Obviamente no está en la relación Banega, lesionado para un mes, pero sí los defensas Andreolli y Mariano, y el mediapunta Vitolo, que acabaron con molestias el último partido ante el Celta. Además, Emery ha incluido en la expedición a Cristóforo y al canterano Juan Muñoz. Sigue fuera Kakuta. Integran la lista Sergio Rico, David Soria, Coke, Mariano, Tremoulinas, Kolo, Andreolli, Luismi, Krychowiak, Cristóforo, Iborra, N'Zonzi, Krohn-Dehli, Reyes, Vitolo, Konoplyanka, Juan Muñoz, Gameiro, Immobile y Llorente.