La ilusión de crecer
Liga bbva· previa málaga-sevilla
El Sevilla arranca en el hostil feudo del Málaga con el deseo de demostrar que la plantilla ha subido un escalón en la calidad Emery espera un equipo que vuelva a ser sólido
Pistoletazo de salida para el curso futbolístico 2015-16 y el Sevilla como uno de los dos protagonistas del evento. El remozado conjunto de Unai Emery arranca en una de las canchas en las que lo reciben con más hostilidad, en una Rosaleda malagueña empeñada en convertir este partido en un derbi de máxima rivalidad cuando realmente se trata del enfrentamiento entre dos equipos andaluces, ni más ni menos. El único derbi que entiende el fútbol sevillano es el que enfrenta al Sevilla y al Betis, al Betis y al Sevilla. Todo lo demás es el fútbol dentro de esa hermandad andaluza que brilla casi siempre por su ausencia. Cierto que son cruces con tensión, sobre todo unidireccional, que lógicamente todos quieren ganar y el primero de ellos es un Sevilla empeñado en seguir subiendo escalones tal y como ha hecho desde que el presente siglo XXI fuera una realidad.
Ése vuelve a ser, por tanto, el objetivo del cuadro nervionense, firmar un curso aún mejor que el anterior y así sucesivamente. Claro que superar ese listón en la actualidad supone algo así como una plusmarca mundial para un club del nivel económico con el que se maneja el Sevilla. Porque la vara a saltar está situada ahora mismo en el título, por segundo año consecutivo, de la Liga Europa y en el quinto puesto en el campeonato liguero español.
No está mal tratar de superar ese nivel, pero no será fácil, ni muchísimo menos, y el primer examen que afronta la muchachada de Emery es exigente. Sobre todo porque la pretemporada no se ha correspondido tanto con las expectativas levantadas por el nivel de los fichajes, casi todos primeras opciones en los papeles que suele garabatear Monchi para contemplarlos posteriormente con la mejor de sus sonrisas. El Sevilla perdió a Aleix Vidal y a su goleador Bacca, en sendas operaciones de traspaso que podían debilitar su plantilla, sobre todo en el caso del colombiano, que garantizaba un buen número de goles. También salieron otros futbolistas importantes dentro de la plantilla, como Fernando Navarro, Figueiras, incluso Iago Aspas o Deulofeu por mucho que éstos tuvieran un papel mucho más secundario. Y, paradójicamente, el aficionado medio ni siquiera se vio desencantado por todo ello, sino reforzó su optimismo con las incorporaciones posteriores.
Porque el sevillista, con José Castro en el timón, con Monchi como brazo ejecutor en este tiempo de verano y con Emery como encargado de que todo funcione después en el césped, arranca en el presente ejercicio con la esperanza de disfrutar de la excelente plantilla que defenderá la camiseta con su escudo. Los nombres de los futbolistas que han llegado invitan a pensar en grandes retos, pero todo dependerá después de la química que se alcance dentro del terreno de juego.
Algunos partidos de la pretemporada, por ejemplo, supusieron un fuerte desencanto para quienes los presenciaron, incluidos los propios dirigentes y técnicos. Mención especial en este sentido merecen el amistoso en Atenas contra el AEK y el posterior en Roma con aquel humillante 6-0 que registraba el marcador no más comenzar el segundo periodo. Ocurre, sin embargo, que estos dos encuentros tuvieron en medio el primer y único partido oficial del verano hasta ahora. La Supercopa de Europa contra el Barcelona, a pesar de las numerosas bajas en el centro de la defensa que debilitaron, y mucho, al cuadro de Emery, sirvió para que los seguidores de la fe balompédica radicada en Nervión comprobaran que la plantilla del curso 2015-16 está capacitada para competir al más alto nivel a menos que se le proponga cuestiones más exigentes.
Ése, precisamente, es el deseo de Emery en este desplazamiento a Málaga, previa parada en Antequera para que los futbolistas estén muy alejados del bullicio existen en la ciudad costasoleña, con su feria y todo. El vasco pidió en las vísperas de la final contra el Barcelona que a sus futbolistas les volviera a brillar los ojos a la hora de competir y, en ese sentido, sí pudo marcharse satisfecho de Georgia. Los miembros de su plantilla se sobrepusieron a muchas dificultades y evidenciaron que están más que preparados para pelear de nuevo en cualquier partido, incluso cuando iban perdiendo por 4-1 contra el mejor equipo del mundo. El Sevilla evidenció que en esta temporada tampoco está dispuesto a rendirse cuando tenga que pelear contra un equipo que prácticamente ya lo había dejado sin opciones de nada.
El Sevilla llega a Málaga con esa lección bien aprendida, jamás se dará por vencido en ningún envite. Pero también debe haber asimilado la parte mala de la noche de Tiflis y posteriormente de Roma. No puede otorgar tantas facilidades atrás porque cualquier rival es capaz de castigarlas y hacer que cualquier esfuerzo posterior pueda resultar baldío.
Hasta ahí la parte que tiene que ver con las enseñanzas de esa pretemporada en la que el fútbol tiene mucho de mentira y sólo sirve para ir evaluando algunos detalles en esas gráficas tan complicadas de estudiar con las que se manejan Emery y su prolífico cuerpo técnico. Ahora ya todo será diferente. Por ejemplo, no ha habido esfuerzos intermedios y sí preparación únicamente centrada en afrontar la cita con el Málaga. Como es igual de cierto que, por primera vez y salvo con Carriço, Emery podrá elegir a los 11 que considera como los mejores en estos momentos. Con ellos debe subir el primer escalón que lo lleve a ser mejor que el año pasado. Si eso fuera posible, sería un sueño para cualquier sevillista, pero en el fútbol las cuentas se hacen semana a semana y hoy toca Málaga, sólo Málaga, para arrancar la Liga 2015-16.
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