Reyes es el Santo Grial
El último pase y la interpretación del juego interior, razones para que Emery le haga hueco en un once plagado de estrellas y con las bandas muy caras. El utrerano dio el susto en Brighton.
Ni él se siente un jugador cualquiera porque no lo es. Incomprendido, como todos los genios, cada temporada debe rebelarse contra lo establecido. Y lo establecido es que en los planes iniciales los nuevos fichajes tienen un sitio asegurado en la mente del entrenador. José Antonio Reyes ha sido durante temporadas el jugador con más calidad de la plantilla, pero entre estereotipos y deméritos suyos -también hay que decirlo-, las flores se las ha llevado otro. Que si Rakitc, que si Negredo... El fútbol es la mejor arma del utrerano, ese genio que se inventó un pase de gol a Bacca en la final de la Europa League en Varsovia para el 2-1 o que durante la pasada campaña escuchó varias veces a la grada del Ramón Sánchez-Pizjuán corear su nombre.
Las llegadas de Kakuta y de Konoplyanka aprietan más los huecos en las bandas, donde Vitolo y Denis Suárez deberán adaptarse a dejar un sitio al ucraniano y donde Reyes no va a dar su brazo a torcer tan fácilmente.
Encajar la pieza en el lugar correcto es tarea del entrenador, obligado además a no desaprovechar a un hombre con tantísimo talento y visión de juego como el utrerano, primer capitán este año tras la marcha de Fernando Navarro y un líder en el vestuario aunque sea a su manera. La posición de Reyes es, por tanto, el Santo Grial para Emery, a quien el veterano mediapunta formado en el vivero de la carretera de Utrera sacó varias veces del apuro con su telescópico último pase durante la pasada campaña.
A un mes de cumplir 32 años (lo hace el 1 de septiembre), Reyes sabe aceptar el rol que el entrenador le asigne, pero necesita un rol. Capaz de decidir un partido y un campeonato, quizá su mayor ventaja ante otros futbolistas que juegan en la banda es su mayor facilidad para meterse para dentro, justo lo que Emery les pide a los extremos para que puedan convivir con la subida de los laterales. Él y Denis Suárez quizá puedan ser los que más se adaptan a ese juego de interior, a ese trazar diagonales y hacer más amplio el pasillo para el carrilero que sorprende desde atrás.
Cuando queda sólo una semana para el primer partido oficial en la Supercopa de Europa y menos de veinte días para el comienzo de la Liga, pocos son los sevillistas que ahora mismo incluirían a Reyes en un once titular del Sevilla 15-16. Evidentemente, Konoplyanka, por coste y por la intrahistoria de su fichaje, llega como estrella y crack para un Sevilla de Champions y Vitolo, el único internacional con España del momento tras la marcha de Aleix Vidal, también tiene un peso en el equipo, amén de que ha llegado muy fuerte a esta pretemporada y es, junto a Juan Muñoz, el máximo anotador con tres goles.
Pero Reyes es Reyes. Si ni a él ni a Banega le daban sitio en el equipo durante el verano pasado, el fútbol acabó poniendo en su lugar a los mejores. El utrerano, otro futbolista totalmente distinto a aquel que se marchó al Arsenal en los comienzos del mandato de José María del Nido, se encuentra cómodo partiendo desde la derecha, en esa situación a pierna cambiada con la que Emery suele facilitar la tendencia hacia el centro de sus extremos (también Konoplyanka y Vitolo lo hacen desde la izquierda). Por el centro, en un juego parecido al de Banega, no termina de cuajar por su mayor dificultad para mantener la pelota sin conducirla, aunque también es una labor en la que, puntualmente, puede rendir para Emery.
El utrerano sufrió ayer en el amistoso en Brighton el contratiempo de un golpe en la cabeza que obligó a sustituirlo, pues, aparte de que sangraba, sufría un pequeño aturdimiento. "Es parte del juego y estamos expuestos a ello. Reyes ha ido fuerte a por un balón y ha salido con una brecha y una pequeña conmoción que esperemos que quede en nada", dijo Emery.
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