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Después de la tormenta, llega la calma. Tras la vorágine de informaciones, filtraciones, opiniones más o menos sesgadas y enfado en uno y otro bando, el Sevilla y Unai Emery parecen haber retomado la normalidad. El club y el técnico han comenzado las conversaciones para la mejora de su actual contrato, que se renovó automáticamente una vez que el equipo concretó la participación en Europa. El interés de José Castro y Monchi en ampliarle los años de vinculación queda, de momento, aparcado. El futuro dirá si hay acuerdo para este otro extremo, que no es descartable pero tampoco parece muy probable ante el cartel internacional que ha cobrado el entrenador guipuzcoano con su doblete europeo. Tal y como quedaron las partes, después de la tensión de la final y los fastos por el gran éxito, habrá fumata blanca, si bien los acontecimientos no han sucedido como esperaban ninguna de las dos partes.
A pesar de que el presidente supo por boca del propio técnico que éste iba a escuchar ofertas de otros clubes, su reunión en Madrid con Aurelio de Laurentiis y su publicación en los medios de comunicación provocó el distanciamiento entre dirigente y técnico y, como consecuencia, retardó el acuerdo, que aún no es oficial. Posiblemente mañana sea el día que el Sevilla anuncie la esperada mejora de su contrato, que no ampliación. La muy suculenta oferta del Nápoles, de tres años a razón de 3,5 millones de euros netos anuales, tenía el negativo contrapeso de que el equipo italiano no jugará la Champions el año próximo, amén de la presión que supondría para Emery comenzar un proyecto de tal envergadura económica.
La racial personalidad del presidente napolitano también ha podido influir en que el guipuzcoano rechazase tal opción. Y tampoco le han llegado otras ofertas de superior entidad en el plano estrictamente deportivo, aunque, según Marca, el West Ham estaba dispuesto a subir incluso lo ofrecido por el Nápoles. Otros clubes de mayor potencial que sí habrían colmado sus expectativas han ido aclarando el panorama para el Sevilla, porque igual que el Manchester City confirmaba días atrás la continuidad de Manuel Pellegrini, ayer el Milan anunciaba la contratación de Sinisa Mihajlovic como sustituto de Filippo Inzaghi.
Emery, casi tan molesto como el Sevilla con que se aireara su reunión en Madrid con De Laurentiis, ha entendido que en estos momentos no puede tener mejor proyecto que confirmar su ascensión internacional con un Sevilla de Champions. Y para ello cuenta con la promesa de Castro y Monchi de que esta temporada, a diferencia de las dos anteriores, la plantilla no va a sufrir otra revolución. Todo lo contrario, lo prometido por la cúpula dirigente sevillista al técnico, en las largas conversaciones que han podido tener en los últimos días, desde Varsovia a Marruecos, es que su idea es consolidar la actual plantilla, reforzando los puestos necesarios, para hacerla aún más competitiva. El Sevilla ha subido un escalón con su participación en la Champions y su plantilla también debe subirlo, lógicamente. Aun así, es más probable que haya una gran venta y Emery ya podría haber dado el plácet para que ésta sea la de Bacca, un futbolista por el que es más que esperable una oferta de las denominadas "fuera de mercado". Su cláusula es de 30 millones de euros y a su edad, 29 años, es lógico que quiera dar a su vez un importante salto cualitativo y, sobre todo, económico, algo que el Sevilla no puede garantizarle después de mejorarle su contrato hace un año.
Después de varios días de incertidumbre en el sevillismo sobre el futuro inquilino del banquillo, todo indica que, finalmente, los hechos responderán a lo que estaba planeado, pese a ese distanciamiento entre las partes. Castro sabía que Emery iba a escuchar ofertas, y así lo ha hecho el técnico, que ha podido presionar así para que el club le asegure una mejora y, lo que es más importante, la consolidación del proyecto.
En este periodo de incertidumbre, el entrenador había guardado un absoluto mutismo, incluso en las redes sociales a las que tan asiduo es. Sí va dejando fotos y ayer colocó otra en Twitter con su hijo en Valencia. "Nos debíamos unos días. Disfrutando con Lander", puso primero, y luego acompañó otra foto de un partido de cantera en el que jugaba su hijo, que actúa de portero, con este otro comentario: "Aprendiendo de los jóvenes y viendo disfrutar a Lander".
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