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Mientras el Sevilla jugaba en Varsovia, un grupo de 15 personas trabajaba en el estadio ultimando los preparativos. Eran los sacrificados en pro del impresionante espectáculo con que el Sevilla celebró su tetracampeonato europeo. Más de 50 personas han trabajado en el RSP360º, el evento luminotécnico y de sonido que ha dado la vuelta al mundo. Manuel Vizcaíno envió un mensaje de enhorabuena a Ramón Loarte. "Me mandó anoche un mensaje supercariñoso de enhorabuena", señala el actual director de marketing, que llegó al club dos días antes del título en Turín.
Ante más de 40.000 espectadores perplejos, la fiesta emocionó especialmente a la plantilla, a Emery, a Monchi... Todo se preparó con 15 días de antelación, sin saber si el Sevilla iba a subir al Olimpo o no. Ramón Loarte explica los intríngulis de una fiesta memorable. "Desde el 3-0 ante la Fiorentina vimos la posibilidad de ganar el título y empezamos a trabajar. Lo montamos con gente del club y la empresa sevillana Grupo Abbsolute, cuyos socios principales son sevillistas. Han sido muchas reuniones, muchas horas de trabajo. No se podía improvisar al bajar del avión con la copa, pese a los recelos de los supersticiosos: 'eso trae malfario', decían".
Ocho proyectores de vídeo de 20.000 ANSI lúmenes, una copa hinchable, pirotecnia, cuatro pantallas gigantes sobre una caja de cuatro metros de altura, una banda sonora de cine... un espectaculo blackout, a oscuras. Los futbolistas tenían que obedecer lo establecido en la escaleta, pero salían del vestuario antes de tiempo impacientes. "El césped estaba minado de puntos de luminotecnia y pirotecnia y cuando vimos correr a Krychowiak pensamos, veremos a ver cómo se tropiece con uno", relata el máximo responsable del espectáculo. "¡Dios mío, ¿pero que habéis hecho aquí?!", espetó Coke al salir al césped, recuerda Loarte. "Los futbolistas tenían un sentimiento de orgullo, de pertenecer y estar gozando de un club grande. Monchi es muy expresivo y sentimental y estaba muy emocionado, sólo sabía darme abrazos", señala. "Tuvimos que dejar fuera a 15.000 personas porque no queríamos un Madrid Arena", añade.
Emery también alucinó, y José Castro, como los miles de sevillistas que lo disfrutaron en directo o a través de la televisión. "Todos a una hemos hecho el cambio, es el signo de una nueva era. Este tipo de proyectos deben trabajarse independientemente de que entre la pelotita y ya trabajamos en esa idea", dice Loarte, que se acordó en Varsovia de los malos momentos. "Viví la final con muchos nervios y fue una explosión. Me acordé del año 97, cuando viajé en autobús hasta Oviedo y vi bajar al Sevilla. No podemos olvidar eso nunca, porque ayuda a hacer lo que estamos haciendo en esta etapa única".
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