El premio del 'MVP' Denis
Sevilla-zenit · el apunte
Suárez, muy venido a menos en la segunda vuelta eclipsado por Banega, no baja los brazos y reclama con fuerza más protagonismo tras convertirse en clave en la remontada sevillista ante el Zenit .
Dos casos parecidos pero muy diferentes. Esos son los de Gerard Deulofeu y Denis Suárez, ambos jóvenes, sin consagrar en la Liga y canteranos azulgrana. El primero llegó con la vitola de estrella incipiente a crecer en el club sevillista para diluirse poco a poco a medida que pasa la temporada en el trabajo de Vitolo y Aléix Vidal, y en sí mismo. El segundo agradó mucho en la pretemporada y sus primeros partidos en Primera, pero se ha visto superado por un hoy por hoy intratable Banega. Aún así no ha bajado los brazos y nunca ha desaparecido del equipo pese a no disfrutar ya de tantos minutos o quedarse muchas veces sin jugar. Ante el Zenit (2-1) Zenit (2-1)ha encontrado su recompensa: gol, remontada y MVP (Man of the match -Hombre del partido- para la UEFA). Aunque su mayor premio quizá sea que se le tenga de nuevo en cuenta.
La cosa pintaba mal para el Sevilla, superado durante la primera mitad por un equipo superlativo pese a sus bajas. Sorprendía que Vitolo siguiera en el banquillo, pero aún más que Denis Suárez y M'Bia entraran de una tacada al descanso a modo, para muchos, de experimento. En el gallego, no sin justificar, se ha ido perdiendo confianza, pero su calidad sigue latente. Si se junta con Reyes, Banega y dos laterales más atrevidos que algunos extremos como Tremoulinas y el reconvertido Vidal, pues sobre el papel, no sonaba mal. Ahora tenía que sonar bien sobre el césped.
Ahora vertical y con una velocidad vertiginosa, el cambio se tradujo en mutación sevillista desde que la pelota empezó a rodar de nuevo. Denis tirado a la izquierda con Banega en el centro y Tremoulinas constantemente pegado a la cal. Reyes por la derecha con Vidal de carrilero incansable y Gameiro muy activo en al apoyo y el desmarque. Y permutas. Muchas permutas entre los tres mediapuntas para acabar de volver locos a los rusos, que sólo respiraron algo durante una tregua entre los minutos 55 y 60. El resto puro fútbol de asociación veloz y arrolladora y ocasiones locales.
Entre pared y pared y una infinidad de pases interiores y al hueco a los laterales, Denis Suárez se marcó una jugada que a punto estuvo de significar el empate que a la postre haría Bacca. Un recorte y un amague con el cuerpo antes de vencer al portero y de que Garay interceptase el pase de la muerte al colombiano. Las ganas del que juega poco y salía a comerse el campo se veían en cada lance. En la presión, en la recuperación y con el balón en los pies, su fuerte.
El fútbol le tenía reservado como premio al que luego fue designado mejor jugador del encuentro un golazo al más puro estilo Puerta. Una volea desde fuera del área que acabó de volcar el Sánchez-Pizjuán como merecido un premio que certifica que el jugador que tan bien pintaba a principio de temporada sigue enchufado pese a que sufra al que tiene por delante. El puesto, en un Sevilla de esta magnitud, hay que trabajárselo así. La calidad sólo no sirve, y Denis parece que lo tiene aprendido. Vuelve a contar no sólo para Emery, sino para todos. Todavía pueden subirse más pasajeros a este AVE...
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