Queja a la LFP por "discriminación"

Que el Ramón Sánchez-Pizjuán sea uno de los estadios más denunciados en la nueva cruzada de la LFP contra la violencia (verbal) en los recintos deportivos se trasladó el domingo también a El Madrigal, donde se impidió, entre otras cosas, a los aficionados sevillistas lucir banderas del centenario o incluso cantar. Quizá fue la gota que colmó la paciencia del club y el máximo dirigente de la entidad hispalense, José Castro, que ayer acudió a la reunión de la LFP, le hizo ver su parecer al director de seguridad de la Liga por el exceso de celo especialmente visible con el Sevilla. El club aprovechó esta coyuntura para emitir un comunicado en el que condena y asegura que perseguirá los actos violentos, aunque defiende que sus seguidores puedan animar libremente al equipo.

"El Sevilla reitera su firme compromiso con el cumplimiento de las disposiciones normativas en materia de prevención y erradicación de la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte", indica la nota, que añade que el club "está muy orgulloso de su afición, a la cual le agradece su continuo e intenso apoyo y se declara muy satisfecho con el comportamiento de la inmensa mayoría" de la misma. La entidad asegura que "condena y rechaza el comportamiento violento e intolerante de una muy reducida parte" de sus seguidores y agrega que "son este tipo de conductas minoritarias las que motivan la adopción de medidas restrictivas, en perjuicio del resto de aficionados y la imposición de cuantiosas sanciones económicas al club y generan, por extensión, una imagen negativa y muy injusta del Sevilla y de toda la afición".

En el comunicado la entidad insiste en que "considera inadmisibles cualquier tipología de gritos o cánticos que insulten o vejen y actuará disciplinariamente contra quienes incurran en estas conductas", si bien no desea que el estadio "sea un cementerio o un teatro, sino una bombonera con toda la sana, deportiva y pasional animación que lo ha caracterizado siempre". Por último, el Sevilla señaló que "está reforzando las medidas de control de acceso" y que trabaja "para eliminar cualquier sensación de discriminación o frustración" entre sus aficionados.