Pleno de puntos en un día pastoso
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El Sevilla resuelve con triunfo un partido ante el Getafe en el que vivió al filo de la navaja con un fútbol espeso Los blancos debían ganar fácil, pero pasaron del empate, gracias a una gran parada de Sergio Rico, al 2-0
Pleno de puntos en un día pastoso
El Sevilla resuelve con triunfo un partido ante el Getafe en el que vivió al filo de la navaja con un fútbol espeso Los blancos debían ganar fácil, pero pasaron del empate, gracias a una gran parada de Sergio Rico, al 2-0
Siete puntos en el casillero del Sevilla de Unai Emery después de las tres primeras jornadas, un dato objetivo que puede invitar al optimismo en el entorno del club del Sánchez-Pizjuán. Pero todo puede ser también muy relativo, igual que cuando el curso anterior el balance era diametralmente opuesto a estas alturas de la campaña. El calendario tiene una importancia tremenda, para bien o para mal, a la hora de provocar esas sensaciones, pero sí hay que colocar en el haber de los nervionenses que se están limitando a sacar provecho de un arranque en el que se han cruzado con dos de los equipos más flojos que ahora mismo circulan por la Liga, el Espanyol y el Getafe. Claro que en esas circunstancias lo que hay que hacer es añadir tres puntos más al casillero, que ya llegarán las cimas más empinadas para tratar de escalarlas también.
Eso, ganar, fue lo que hizo el Sevilla en la bochornosa tarde-noche de ayer y de esta manera se hace mucho más fácil la corrección de los errores que aún se observan en la maquinaria que trata de engrasar Emery. Porque, igual que sucediera con el Valencia, este equipo parece que tiene unas tremendas dificultades para dominar las situaciones como local cuando se ponen francamente a favor. Esta vez no hubo ninguna expulsión del rival, pero es verdad que el cuadro blanquirrojo jugó con fuego durante toda la segunda mitad y no se quemó por la meritoria intervención del debutante.
Porque fue Sergio Rico quien salvó dos puntos de incalculable valor para el Sevilla unos segundos antes de que Aleix Vidal liquidara la situación. Eran unos instantes, como casi toda la segunda mitad, en los que los anfitriones se empeñaban en complicarse la existencia por su incapacidad para ponerle el punto final a aquello. No es que el Getafe llegara mucho hasta la portería de Sergio Rico, entre otras cosas porque el conjunto de Cosmin Contra tampoco arriesgaba en demasía y prefería protegerse a la espera de una carambola que pudiera darle el punto que buscaba, pero esa jugada de billar iba a llegar en el momento más inesperado. Un córner por la derecha que ya había sido regalado por la retaguardia local, un rebote y un balón que le cae en el borde del área pequeña a Hinestroza con todo a su favor. El colombiano dispara en escorzo, hay una muchedumbre de futbolistas por allí y todo parecía que acabaría como el día del Valencia cuando surgió la manopla providencial de Sergio Rico para evitar la igualada.
El debutante gozaba de su momento de gloria y éste se iba a prolongar en el tiempo gracias a que esa misma acción acabaría en el tanto definitivo de Aleix Vidal. Paradójicamente, o no tanto porque fue la única vez que el Getafe atacó de verdad y se desprotegió, la pelota le cayó a Banega, quien conectó con un Tremoulinas aún con fuerzas para superar líneas y para darle después el balón a Vitolo. Apertura del canario para Figueiras, que llegaba fresquito por su carril, y gran servicio del lateral luso para que Aleix Vidal llegara por sorpresa desde atrás y convirtiera el 2-0.
Suspiro hondo para todo el sevillismo, que aún respiraba sobresaltado por la parada de Sergio Rico. Pero el fútbol es así de caprichoso. Indudablemente, este relato de los hechos tendría muy poco que ver si la estirada del joven guardameta canterano no hubiera tenido éxito, entre otras cosas porque fue el propio Sevilla quien puso especial empeño en complicarse la propia existencia ante un rival inferior. Pero no, el portero cumplió con su cometido, que es parar, y eso dio lugar al contragolpe posterior, ¡el único del Sevilla durante toda la segunda mitad con el marcador a su favor!
A partir de ahí, para un resultadista convencido no le queda otra que dar por bueno todo el trabajo de los hombres de Unai Emery por mucho que éste dejara muchas interrogantes en las dos situaciones que se dieron durante el encuentro. Siguiendo el orden cronológico de los hechos, con cero a cero, el Sevilla fue un equipo tremendamente pastoso. En su descargo, sin embargo, hay que anotar que el terreno de juego estaba tremendamente lento, como si no lo hubieran podido regar por cualquier circunstancia. La pelota circulaba demasiado lenta y esto fue un gran inconveniente contra un Getafe que sólo buscaba acumular el máximo número de hombres por detrás del balón para protegerse.
Pero el Sevilla tampoco supo hallar muchas soluciones ante ese planteamiento del rival. Intentaba conectar por dentro con Bacca a través de Denis Suárez, Vitolo y Krychowiak, principalmente, el colombiano se hacía con la pelota, pero después faltaban desmarques adecuados por las bandas y también precisión en los centros. Si a eso se le suma que las jugadas a balón parado rara vez acaban siendo rematadas, pues aún más problemas. Iborra fue el único que estuvo a punto de conectar un cabezazo en un córner cerrado, pero un defensa se lo impidió al final.
Sin embargo, dentro de ese desarrollo tan pastoso y previsible es verdad que el único que se podía poner por delante era el Sevilla, pues Sergio Rico era casi un espectador más. Y le llegó el momento cuando Guaita le pegó un puñetazo digno de Mayweather a Krychowiak. Penalti sobre la bocina y Bacca se encarga de agradecer personalmente la dádiva del portero del Getafe. Todo debía cambiar en el segundo periodo, pero no, siguió casi igual. El cuadro visitante decidió que no debía tomar riesgos a la espera de ese milagro que pareció llegarle a través de Hinostroza, el Sevilla pensó más en protegerse que en sentenciar y atacó sin desnudarse. Pero Sergio Rico apareció y Aleix Vidal sentenció, dos a cero, tres puntos más y a seguir corrigiendo para crecer, que le hace mucha falta al equipo de Emery.
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