Fútbol contra la polémica
sevilla - valencia · el rival
La llegada de Pizzi al banquillo valencianista cambia por ahora una mediocre temporada. El club ché, gran animador del mercado invernal.
Habituada a codearse con los grandes, los últimos años no vienen siendo sencillos para una institución como el Valencia, que se ha encontrado en medio de demasiadas revueltas, ya fueran políticas, económicas o deportivas. Precisamente, para cambiar la dinámica de esto último llegó Juan Antonio Pizzi al banquillo valencianista en sustitución de Miroslav Djukic, después de que el serbio no fuera capaz de sobreponerse al convulso ambiente que se ha vivido en Mestalla.
Con el argentino, el Valencia ha cambiado su imagen por completo, algo que también se ha servido de la apertura del mercado invernal, donde el club ché se convirtió en el gran animador. A las salidas de Pabón, Postiga, Banega, Guardado, los cuatro como cedidos para no obstaculizar sus planes de cara al Mundial, y Canales, traspasado a la Real Sociedad, se han sumado las llegadas de Senderos, Vargas, Keita y Vinicius, lo que ha cambiado por completo el perfil de la plantilla.
Si desde el primer día, Pizzi propició un cambio de actitud sobre el terreno de juego, la victoria ante el Barcelona en el Camp Nou otorgó más crédito a la revolución emprendida por el club levantino, algo que quedó confirmado con la goleada al Betis en la última jornada.
Sin balón
El Valencia, pese a la presencia de jugadores de un perfil más técnico que físico en el once, ha aumentado su intensidad, convirtiéndose en un equipo agresivo para recuperar el balón con prontitud. A la espera de que Keita alcance el punto de forma necesiario, Javi Fuego es el encargado de dotar de equilibrio al equipo; el positivo estreno de Senderos en la defensa ha despejado las dudas sobre su estado físico y también eleva la competencia en una de las zonas más débil del equipo ché en el resto de la temporada.
Con Pizzi al mando, el Valencia sí trabaja como equipo, algo que resalta en los movimientos coordinados sin balón, tanto para presionar en zonas adelantadas como para replegarse cuando el momento del partido lo requiere o con el marcador a favor.
Con balón
La misma intensidad que emplea para adueñarse del balón han convertido al equipo ché en más profundo y vertical cuando le toca asumir su versión más ofensiva. Parejo ha dado ese paso adelante que siempre se echó en falta en Banega, mientras que Feghouli ha recuperado el fútbol que ya enseñó la pasada temporada. La presencia del chileno Eduardo Vargas, a la espera de que el brasileño Vinicius se estrene, le ha otorgado un plus de calidad a un equipo en el que no cuajaron ni Pabón ni Postiga, los delanteros elegidos en verano para sustituir a Soldado.
Tanto Barragán como Bernat, los laterales que viene utilizando Pizzi, se incorporan al juego de ataque con asiduidad, lo que permite que los teóricos extremos ocupen espacios por dentro.
Lo mejor
Las dos victorias consecutivas han elevado la moral del grupo, que se revitalizó con la llegada de Pizzi. Los cambios efectuados en el mercado invernal también ayudan por ahora a aumentar la competencia y el rendimiento.
Lo peor
El convulso ambiente de la institución acaba perjudicando la trayectoria del equipo.
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