El cambio radical del fútbol de Emery
La presión obligó al técnico a variar su filosofía y el Sevilla ya responde con eficacia y resultados.
"Duele que te hagan siete, claro que duele. Pero ¿qué prefieres, que te hagan tres ocasiones y perder 3-0 o que te metan siete y generar cosas que alegran la vista?". Con esta respuesta, que dolió en parte de la afición sevillista, Unai Emery intentó explicar el desastre que días antes había sufrido su equipo en el Santiago Bernabéu, donde fue vapuleado con un histórico 7-3. Por aquel entonces, el técnico sevillista seguía firme en su idea de intentar construir el juego desde atrás, con Rakitic como pieza angular. Ubicó al suizo-croata junto a M'Bia en la medular y el Sevilla fue un coladero, un figurante perfecto para un espectacular partido de ida y vuelta en el que acabó humillado entre loas al fútbol y los goles de Cristiano Ronaldo y compañía por parte de los medios madrileños. Mes y medio después de aquel desastre, Emery le ha dado la vuelta a su equipo como a un calcetín. Ya no da espectáculo, pero gana, con un fútbol más práctico, más sólido y mucho menos espectacular, incluso feo.
En su análisis pospartido, que realiza en su blog oficial tras cada jornada, Emery usa palagras como fortaleza, solidaridad, trabajo... "Un paso con más humildad", titula el técnico su visión, en la que, no obstante, reconoce que el equipo debe mejorar algunos aspectos, sobre todo el de la posesión del balón. Efectivamente, el Sevilla sólo tuvo un 30% de la posesión en El Madrigal, pero, sin tener el control del balón, sí tuvo el control del partido gracias al cambio táctico en el que un futbolista de corte defensivo como Iborra se ha hecho fundamental. Acompañado por Carriço, el valenciano se ha erigido en una pieza que cimenta el sistema defensivo gracias a su fútbol en la sombra de coberturas, ayudas y fuerza, tanto para los balones divididos como para el juego aéreo.
El Sevilla es otro muy distinto a ese que intentaba sacar la pelota desde el mismo portero, algo que costó goles y puntos, ya fuera Beto o Javi Varas el que intentara iniciar el juego con pases rasos incluso por el centro. Una prueba de este cambio radical se vio el sábado, en el minuto 79, cuando Beto salió del área para despejar con un voleón cuando podría haber esperado el balón para blocarlo en el área. El Sevilla controla ahora los partidos sin el balón y sólo hay que mirar el gran salto en la clasificación desde que inició el cambio de filosofía para cerciorarse de la solvencia de este giro radical.
El Sevilla tocó fondo el 2 de noviembre, cuando, tras ser goleado en el Bernabéu, Emery reincidió ante el Celta con Rakitic y M'Bia en la medular para caer por 0-1. Entonces, duodécima jornada, era decimocuarto con 13 puntos. Cinco jornadas después, es séptimo, con el doble de puntos, 26, a dos y tres puntos de Real Sociedad y Villarreal, quinto y sexto. Así despedirá el año, con Europa, ahora sí, como un objetivo cierto.
En las cinco jornadas que van desde la duodécima hasta la decimoséptima, el Sevilla se ha hecho temible a domicilio. Reaccionó Emery en Cornellà-El Prat, cuando se vio con el agua al cuello e incluso había un fuerte runrún de que peligraba su puesto, como evidenció que el consejero del área económica, Juan Luis Villanueva, viajase a Barcelona con el equipo, algo nada habitual, junto a un muy nutrido grupo de consejeros. Emery estuvo muy arropado en aquel encuentro que el Sevilla solventó con un claro 1-3.
Fue el primer triunfo del Sevilla tras un larguísimo periodo sin ganar fuera de casa. Antes, ya había amagado con sendos empates en San Sebastián y Valladolid, donde ya apuntó el nuevo estilo sobrio sobre la solidaridad y un centro del campo mejor distribuido.
Pero no sólo el orden y la solidaridad han sido claves. Aquel partido en Cornellà se abrió con un gol de estrategia: Fazio de cabeza en el segundo palo, muy similar al de Cala en El Madrigal. La estrategia, que domina el Sevilla de forma solvente liderando el ranking nacional con 8 tantos, es una de las facetas que más trabaja Emery, con la positiva colaboración de uno de sus ayudantes, Diego Martínez, especialista en este campo. Y a ello hay que sumar los goles de Bacca, que lleva 5 goles seguidos fuera de casa y suma 8 en la Liga.
No hay que olvidar el papel de Rakitic, ya como mediapunta. Tiene menos el balón, pero es clave en la estrategia y para montar las contras. En las últimas cinco jornadas, el Sevilla sólo no ganó ante el Athletic, precisamente el día que faltó el suizo. Ahora el Sevilla no alegra la vista, pero gana.
Posesión
El escaso 30 por ciento de posesión en Villarreal demuestra que para ganar no hay que sobar el balón
Seguridad
Con Iborra en el campo, el Sevilla sólo ha perdido un partido de 11, ante el Atlético en el debut liguero
13 puntos
Los sumados en las últimas cinco jornadas, los mismos que en las 12 jornadas anteriores
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