Patatas calientes
Sin ser ratificado, Castro se encuentra con problemas como el palo copero y la renovación de Rakitic. "Vale 40 millones", dice tras fijar la venta como modelo de gestión.
Sin ni siquiera haber sido ratificado como presidente, José Castro se ha encontrado con varias patatas calientes en su nuevo cargo. Nadie dijo que iba a ser fácil, pero también es cierto que los hados se han puesto en contra del sustituto de José María del Nido sin tener el tacto de permitir que se acomode en el sillón. Ya en la Junta General Ordinaria de Accionistas tuvo el empresario utrerano que lidiar con afilados comentarios muy bien documentados de los pequeños accionistas, preguntas algunas de ellas con las que el consejo prefirió hacer mutis por el foro, pero lo que nunca podía imaginarse el nuevo máximo mandatario es que a los problemas institucionales se les iba a sumar el mayor revés deportivo de las últimas diez temporadas. Caer sorpresivamente eliminado de la Copa a manos de un rival de Segunda División B en las mismas narices de la propia hinchada y defendiendo además el resultado favorable del partido de ida fue el primer sapo que tuvo que tragarse el Castro presidente.
Pero podía ser peor. Podía darse el caso de perder a la estrella del equipo y, de momento, a lo que le ha dado tiempo al hombre es a tratar de parecer firme ante las amenazas que recibe. Lo de Rakitic es algo que aún va a tener bastante recorrido. El suizo-croata ha realizado fuera de España una declaraciones inquietantes que ayer tuvieron su respuesta en boca de Castro. Con el Sevilla pendiente de ofrecerle la renovación, el centrocampista frenó cualquier tipo de buenos augurios en clave nervionense. "Un futbolista no puede decir al cien por cien que va a permanecer en un club. Así es el negocio del fútbol", ha explicado un Rakitic que hay que recordar que llegó a su actual club seis meses antes de obtener la carta de libertad y por una cantidad muy baja para el Schalke 04 al casi agotar su contrato.
Mucho peor lo pone el fino centrocampista en su siguiente frase, en respuesta a si el Sevilla no colma sus aspiraciones: "Las cosas han cambiado desde hace tres años. Estoy en un gran club, pero cuando los resultados son medianos nadie puede estar contento. Si no hay éxitos, la frustración crece. Esta campaña hemos cambiado mucho, tenemos 13 ó 14 jugadores nuevos y el equipo es muy nuevo".
Y ahora, ¿qué? José Castro lo primero que dijo ante los accionistas en su primer discurso institucional es que el proyecto de su mandato "es y seguirá siendo vender". En cambio, su respuesta ayer en el acto de los Fieles de Nervión va en sentido opuesto en una manera clara de hacer valer el producto. Es lo que ha aprendido de tantos años al lado de Del Nido. "Es un futbolista al que le queda año y medio de contrato. Estamos negociando un nuevo contrato con él y no dudo que llegaremos a un acuerdo. Pero en todos los casos, si alguien tiene mucha prisa con Ivan Rakitic, hay una cláusula de 40 millones de euros", fue su contundente respuesta en un momento no demasiado tranquilo en lo institucional y en lo deportivo con la traumática sucesión en la dirección de la sociedad y con la reciente salida de la Copa por la puerta de atrás.
Aunque la marcha en Europa es buena y en la Liga, aunque aún está lejos de los objetivos no se puede aún dramatizar, el golpe sufrido ante el Racing ha calado hondo y aún está fresco. "No es la primera vez que hemos sentido el dolor de ser eliminados a las primeras de cambio en la Copa del Rey. Todos tenemos que pensar ya que tenemos dos competiciones en las cuales tenemos que volcarnos y conseguir los objetivos. El palo de la Copa nos tiene que hacer sacar esa raza, ese coraje y esa necesidad de conseguir los puntos ante el Villarreal", explicó el presidente, afanado en mostrar la imagen de firmeza que exhibía Del Nido y que varias patatas calientes han puesto a prueba.
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