Sobrevivir con exquisitez

sevilla - rayo vallecano · el rival

El Rayo de Jémez ha perdido talento, pero conserva el gusto por el fútbol de toque. Superó en posesión al Barça, pero es el más goleado.

Nery Castillo, Cobeño, Trashorras, Nacho y Lass, durante la presentación de las nuevas camisetas.
Nery Castillo, Cobeño, Trashorras, Nacho y Lass, durante la presentación de las nuevas camisetas.
Eduardo Florido / Sevilla

25 de septiembre 2013 - 05:02

La II edición del Rayo Vallecano de Paco Jémez se fundamentará, como la sorprendente versión primera, sobre la exquisitez en el trato del balón. El técnico cordobés no renuncia a su filosofía de juego respetuoso con la pelota pese a que las penurias económicas del club madrileño han obligado a reconstruir una plantilla con los rescoldos de la que sorprendió el curso pasado y mucho jugador libre o cedido. El octavo puesto que logró el Rayo parece una quimera esta temporada sin futbolistas clave como Javi Fuego, Leo Baptistao o Piti. Sin embargo, ahí anda el bueno de Jémez, que puede presumir de dirigir al equipo más goleado de Primera División en las cinco primeras jornadas (16) y al único que ha sido capaz de ganarle la posesión del esférico al Barcelona en los últimos cinco años.

Pese a la grave situación económica del club, algunos refuerzos están funcionando, como el mediapunta Bueno, el medio Baena, que fue ofrecido al Sevilla, o el delantero Larrivey. Otro atacante como Nery Castillo y los defensas Rodri y Ze Castro, en cambio, aún no han entrado ni en las convocatorias. Jémez le está dando continuidad no sólo a su sistema de juego, sino a la base de la plantilla del curso pasado, depauperada por la precariedad económica. A estas alturas, es fácil imaginar que el Rayo será un candidato al descenso, pero también lo era el curso pasado y acabó siendo una revelación.

Sin balón

Jémez hubo de corregir el valiente intento de jugar con tres centrales el curso pasado, pero no ha renunciado en ningún momento a tirar la línea defensiva muy arriba. Su obsesión es presionar la salida del balón del contrario en la línea de tres cuartos, más allá de la medular, juntando mucho su equipo en una estrecha franja difícil de sortear. La coordinación de los medios centro con los mediapuntas es clave y hasta el Barcelona se vio obligado a sortear esa zona caliente con un juego directo y al contragolpe. El riesgo a que la defensa sufra un bombardeo de balones a sus espaldas es evidente y el déficit de acoplamiento ha derivado en una elevada cantidad de goles encajados.

Con balón

La salida del balón desde atrás es bastante limpia gracias a las cualidades técnicas del central Gálvez, que incluso actuó de medio centro en el Sporting, Saúl Ñíguez, que ha retrasado su posición a la de central, o Trashorras, director de juego del Rayo. Hasta Baena trae del Espanyol esa cultura de sacar el balón limpio y con rapidez por abajo. A la vistosidad del juego combinativo colaboran Jonathan Viera y Bueno desde la mediapunta, mientras que Lass, que sale de dos partidos de sanción, aporta ruptura y velocidad. El problema que está teniendo el Rayo en este inicio es el gol. Crea mucho, pero es inocente al llegar al área. Lleva cuatro goles, dos de Bueno, uno de Perea y otro de Larrivey.

Lo mejor

Se agradece esa apuesta por el fútbol vistoso pese a las penurias.

Lo peor

Fragilidad y carencia de gol.

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