Nueva noche de esencia verde
La que puede ser considerada como la esencia más pura del Betis se dio cita ayer, por tercer año consecutivo, en la sede de la Fundación Cajasol. Béticos de toda la vida, gente que ha luchado para que el club (por mucho que hoy se hable de empresa) salve los múltiples obstáculos de su singladura, se reunieron al rebufo de la celebración de sus 106 años de vida, los que hoy, precisamente, cumple la entidad que se caracteriza por el verdiblanco que le llegara de Escocia y las trece barras que jalonan lo único que la torpeza infinita de su clase dirigente (lo peor en este siglo ya largo de vida) nunca logró ni podrá manchar, su escudo.
Esa gente, la que entiende el Betis más o menos de esa manera, la que lo quiere por encima de personalismos, la que cuenta como obra más reciente con la liberación que emanó del 15-J (no confundir con los que hoy le ponen cara en el consejo, porque no son ésos), acudió ayer, una vez más, a la espalda de la casa consistorial, a la llamada de la Fundación Heliópolis.
Gerardo Seeliger, miembro del COI, olímpico en clase finn junto al Rey en Múnich 72, profesor del IE Business School, sucedió a José Luis Sáez y Carlos Herrera como ponente. Buen gobierno en el deporte fue el título de una brillante disertación sobre los códigos en los que trabaja el COI para eliminar la corrupción en el deporte.
"Señor alcalde, espero que se haga del Betis, porque tendrá más seguidores", bromeó el conferenciante ante el primero de los sevillanos, Juan Ignacio Zoido, reconocido seguidor del Sevilla. Seeliger también aprovechó su discurso para insistir en la necesidad de unos "dirigentes honestos" en el deporte y felicitó a Miguel Guillén por su gestión al frente del Betis y por "reducir la deuda" por encima de otros objetivos. Consejeros presentes como Fernando Casas y Fernando Criado, los economistas del club, vieron en parte su gran esfuerzo recompensado con las amenas palabras de Seeliger.
El colofón, con los campeones del 77 en la sala y tantos y tantos béticos notables, lo puso Curro Romero, quien, sucediendo a Pepe Reina por su gesto con Miki Roqué, recibió el II Galardón Heliópolis de manos del rector de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez de Arellano.
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