Un final apocalíptico para el sueño

La inesperada eliminación en la primera votación fue el cierre a una semana marcada por una supuesta filtración que causó daños El corte por la tormenta fue el último mal trago

Alejandro Blanco habla con el Príncipe Felipe durante el acto de presentación de España.
Alejandro Blanco habla con el Príncipe Felipe durante el acto de presentación de España.
Sebastián Fest (Dpa) B. Aires

08 de septiembre 2013 - 05:02

Desde la temida llamada de Jacques Rogge y la tensión por un incidente con el príncipe Felipe, hasta el impactante diluvio del día de la elección, nada fue sencillo para Madrid en la apocalíptica recta final de su derrota.

La inesperada eliminación en primera ronda llegó tras 72 horas de tensión sin límites para Madrid 2020. Sus máximos responsables llegaron a Buenos Aires convencidos de que estaban por delante de Tokio y, horas antes del triunfo de ayer, ya no sabían qué creer. El final fue cruel: una eliminación en primera ronda ante Estambul y en una votación de desempate. En los días previos había pasado de todo, y nada demasiado bueno.

"Juan, ¿qué es ese artículo?". La voz del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) sonó en el auricular del teléfono móvil de Juan Antonio Samaranch (hijo), dando forma de esta manera a los peores pronósticos de Madrid 2020.

Rogge quería saber directamente si Madrid había tenido algo que ver con lo publicado por el periódico español El Mundo, que el miércoles sacudió al COI con un titular en primera plana y a cuatro columnas: "50 de los 98 miembros del COI han prometido votar a Madrid".

Samaranch le juró que no, porque en Madrid se asegura que nadie filtró ninguna lista con nombres al periodista autor del artículo. Y Rogge le creyó a tal punto que en su rueda de prensa de ese mismo día fue gentil con la capital española.

"¿Si esto va a afectar a Madrid? Mi respuesta es no. Mis colegas tampoco creen en estas listas de votos para una candidatura, así que definitivamente no".

Pero el daño ya estaba hecho y los demonios desatados. Algunos de los asesores olímpicos de Madrid 2020 comenzaron a aterrorizar a sus jefes, al punto de asegurar que el artículo publicado ofendía a los miembros del COI y que su aparición le costaría diez, o incluso 20 votos a la candidatura.

Desde entonces, el ambiente en Madrid 2020 cambió radicalmente. Pese a que un asesor les envió un memorándum sugiriéndoles sonreír y transmitir naturalidad, los gestos tensos entre sus integrantes eran visibles en el mismísimo lobby del hotel Hilton, y la desesperación por los supuestos votos perdidos crecía.

Estambul y Tokio, positivamente sorprendidas por la inesperada novedad, seguían expectantes la evolución de los hechos.

El mal ambiente se profundizó cuando uno de los asesores especiales de Madrid 2020, hombre de larga experiencia en candidaturas olímpicas, cometió un error. Deseoso de recuperar el supuesto terreno perdido, encaró personalmente a la carta ganadora del equipo: el príncipe Felipe.

El asesor le pidió que ofreciera una entrevista en profundidad a un importante medio anglosajón, pero la idea no tuvo recorrido. Uno de los asistentes del heredero de la corona española le advirtió molesto a Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE) y jefe de la candidatura, que no era forma de abordar al príncipe.

Y Blanco estalló, enzarzándose en una acalorada discusión con el asesor estratégico, al que prohibió volver a acercarse al príncipe. Horas antes, el asesor en cuestión había llevado a cabo minuciosos y secos interrogatorios a miembros de la candidatura, obsesionado con saber el origen de la supuesta filtración.

Blanco estaba convencido, pese a todo, de que el artículo de El Mundo no tendría influencia alguna, aunque no podía abstraerse de la tensión reinante.

"Me molestó que apareciera mi nombre atribuyéndome un voto", dijo un influyente miembro del COI, que sin embargo aseguró que no cambiaría su elección. "Ni me ofende, ni me afecta", añadió Richard Peterkin, miembro del COI por la diminuta isla caribeña de Santa Lucía, antes de añadir una broma: le gustaría ser capaz de leer el pensamiento de sus compañeros en el COI, tal como sugiere que hizo el autor del artículo.

Agotados, los integrantes de Madrid 2020 cenaron en la noche del viernes en Kalima, una sala en la que se habían reunido más de una vez en los últimos días. Llovía intensamente sobre Buenos Aires, aunque mucho menos que ayer, cuando el diluvio universal pareció apoderarse de la capital argentina. Se trataba de un verdadero apocalipsis acuático.

Faltaba el último mal trago: la tormenta afectó el servicio de internet desde el hotel y durante casi diez minutos la presentación de Madrid 2020 se fundió en negro en las pantallas. El baloncestista Pau Gasol, protagonista de un emotivo discurso, sólo fue visto por los miembros del COI reunidos en Buenos Aires. El resto del mundo se lo perdió.

Al final no importó: la presentación de Madrid había sido muy superior a la de Estambul y mejor que la de Tokio, pero el COI tiene razones y vericuetos que los mortales no entienden del todo: con 49 votos sobre 94 sufragios, Estambul echó a Madrid mucho antes de lo que los españoles esperaban.

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