Rusescu, la tercera vía
El delantero rumano llega a Nervión de puntillas, pero dispuesto a ser una alternativa a Gameiro y Bacca. Asume el reto: "Estar al lado de tan buenos jugadores me hará mejorar".
Aunque habla perfectamente español gracias a sus vacaciones en nuestro país, va con pies de plomo. Habla despacio, con un tono muy bajo que casi obliga a hacer un esfuerzo para oírlo. No quiere dar un paso en falso. En el fondo, sabe que tiene compañeros que, en teoría, parten con ventaja sobre él para jugar en el puesto que ha dejado libre Negredo. Pero eso es teoría. Gameiro y Bacca son su competencia y quizá han despertado más interés en la afición por ser sus fichajes más recientes, pero la tercera vía, Raul Rusescu (8-7-1988, Rumanía) se siente preparado para el salto de la liga rumana a la española.
En su país ha sido el máximo goleador de la liga, elegido mejor jugador del año y con experiencia en Europa, por eso no ha entendido que algunos hayan dudado de su condición física nada más llegar, sin reparar quizá en que en Rumanía la competición acabó mucho antes que en España y que su periodo de inactividad fue mayor.
"El nivel físico no creo que sea un problema para mí. En Rumanía el año pasado teníamos un cuerpo técnico que nos hacía realizar mucho trabajo físico. Estoy bien en eso. En cuanto a nivel de calidad creo que va a ser bueno para mí estar al lado de tan buenos jugadores. Eso me va a hacer mejorar", expone el ex delantero del Steaua de Bucarest, un futbolista, digamos, atípico. Llama la atención su forma de correr, su constitución un tanto desgarbada. Espalda recta, codos muy atrás y rodillas más juntas de lo normal, aunque trae el aval de su pegada.
Emery valora su olfato. "Tiene gol, tiene gol, ya lo veréis", dice en privado, aunque el sevillista tendrá que estar atento a la facilidad con que ve el pase largo al hueco al compañero cuando se tira un tanto atrás. De hecho, él dice que se encuentra más cómodo "como segundo delantero" y que es igual de feliz cuando marca que cuando da una asistencia.
"Hablo bien español porque siempre me ha gustado España. He venido de vacaciones a Ibiza, a Barcelona... y siempre me ha interesado. Cuando me enteré de que el Sevilla me quería me sentí muy bien, pues para mí era cumplir un sueño", explica Rusescu, que tuvo el honor de que José María del Nido viajara en persona a Rumanía para negociar con Gigi Becali su fichaje, uno de los primeros en caer del verano. "Que el presidente viajara a Rumanía para mí fue muy especial. Todo jugador que llega a un club necesita sentirse querido, así que ahora tengo que jugar bien para ayudar al equipo a ganar partidos", resume recordando que conoce a "todos los jugadores del equipo porque vi partidos el año pasado de la Liga española".
Rusescu ha tenido una buena acogida en el vestuario. Ha tenido minutos en los amistosos y aunque su juego no ha sido brillante del todo, está convencido de que va a ir a más. "Estoy contento, estoy feliz, trabajando mucho y espero que éste sea un buen año. Hay un buen equipo y un buen grupo, buenos jugadores y estoy feliz de estar en el Sevilla", razona. Sabe que se enfrenta a una dura pelea, con muchos y muy buenos jugadores en ataque, la línea que, ya sin Negredo, más se ha reforzado en este proyecto nuevo de Monchi y Emery. "La competitividad es muy buena para el equipo porque todos los jugadores están obligados a dar el máximo. Negredo es un jugador de gran calidad que ha sido muy importante para el Sevilla, pero hemos llegado otros con calidad también".
En este sentido comparte con Bacca la particularidad de haber sido los máximos goleadores de dos ligas que no tienen mucho nombre en Europa como la belga y la rumana, pero no cree que sean razones para dudar de que pueden marcar muchos goles en un torneo como el nuestro. "No sé cómo es la liga belga, pero en cuanto a la liga rumana no noto gran diferencia con la española. Yo estoy preparado, sé que voy a tener oportunidades y es importante para mí estar listo".
Tiene la ventaja de llegar con la mentalidad de estar en un grande. El Steaua es lo máximo en Rumanía, tiene experiencia en competición europea y entiende la hegemonía que hay en España con los dos poderosos. "Real Madrid y Barcelona son equipos muy grandes. Yo vengo de un grande, el Steaua es el mejor equipo de Rumanía. No hay otro equipo igual. Acaba de ganar otro título, la Supercopa de Rumanía ante el Pretrolul, pero no pude ver el partido porque coincidía con un entrenamiento. Creo que puedo aportar mi experiencia al equipo", subraya Rusescu, quien recuerda, por ejemplo, a Marko Marin en su enfrentamiento ante el Chelsea en la Europa League, en el que el Steaua ganó por 1-0 con un gol suyo de penalti. "Jugué contra él, sí. Él jugó en Bucarest y me parece un gran futbolista. Si él jugó en el Chelsea está claro que tiene que ser bueno y que va a ayudar mucho al Sevilla. Ya lo estamos viendo".
Por último, si tiene experiencia en jugar en un grande, también la tiene en enfrentamientos de la máxima rivalidad. Ya le han hablado del Betis y desea que llegue el primer partido. "En Rumanía el derbi más famoso es el derbi de Bucarest, Steaua-Dinamo. Son partidos muy bonitos. La gente me dice que vamos a jugar un derbi especial, así que quiero jugarlo y ganarlo".
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