Más fu que fa

Imagen gris y derrota por penaltis en Medellín.

Más fu que fa
Más fu que fa
Jesús Alba

25 de julio 2013 - 05:02

Mientras en Sevilla, a través fundamentalmente de las redes sociales, el aficionado vive una euforia irreal producto de la curiosidad que siempre despiertan los nuevos fichajes -que están siendo muchos y bastante llamativos-, Unai Emery y los profesionales siguen a lo suyo, que en este caso no es otra cosa que avanzar en la preparación y puesta a punto para los partidos oficiales de competición, que el cuadro nervionense tiene este verano a la vuelta de la esquina.

Y en este caso la parada en Colombia, la tierra de una de las caras nuevas, Carlos Bacca, no puede ser más que anotada en el cuaderno de jornadas para el olvido. Primero por el desagradable robo que la expedición sufrió en el hotel de Medellín mientras disputaba el partido y, segundo, por las escasas conclusiones positivas que de él pudo extrar el entrenador.

Los blancos, en su segundo partido en la Copa Euroamericana, no dejaron precisamente una buena imagen ante el Nacional de Medellín. El campeón colombiano, cierto que planteando un encuentro incómodo ante un once con hombres que no serán titulares en el once tipo de Emery, dejó al descubierto varias de las carencias que aún mantiene la tan elogiada confección de la plantilla y contagió a un equipo que debía tener un ritmo superior a la velocidad de juego que gusta en Sudamérica.

Es un clásico que lo que buscan los aficionados en estos partidos son las sensaciones que les producen los nuevos, para los que el mínimo detalle es suficiente argumento para desplazar al olvido al profesional que ya estaba en nómina la temporada pasada. Pero lo que en realidad cuenta para el fútbol de verdad, al margen de las prestaciones que puedan dar algunos futbolistas cuyo futuro en el equipo aún está a expensas de que convenzan en pretemporada, es el comportamiento global de equipo, la ocupación de los espacios, la mecánica de repliegue o expansión en las transiciones y el manejo de las situaciones de partido. Y ahí el Sevilla suspendió en varios puntos. El gol de Cárdenas al filo del descanso puso otra vez de manifiesto que con el perfil de pivotes que tiene el Sevilla (a los que este año parace seguro que se le va a unir Rakitic) los espacios delante de la defensa siguen sin cerrarse. Más allá de la pérdida de Cotán y el inútil manotazo al aire de Javi Varas, el gol vuelve a dejar dudas en este déficit que no parece subsanado tras nueve fichajes.

Tampoco aprobó en otra cuestión que le costó puntos la campaña pasada, la personalidad para dominar un partido en el que el rival se quedó en inferioridad con 20 minutos por delante.

En cuanto a nombres, que a fin de cuentas es lo que gusta, el que de verdad empezó destacando no fue uno de los nuevos, sino Reyes, rápido, astuto y con ganas. Rabello también brilló con una marcha más hasta que se le acabó la gasolina -muy pronto, por cierto-, y Carriço por su decisión en los cruces fue de lo más potable atrás. Con una asistencia a Coke en el gol del empate aguantando bien el balón en el corazón del área, Bacca mejoró a Rusescu, quien falló un mano a mano claro ante el portero pero también dejó un balón al hueco a Reyes. El colombiano sabe lo que hacer siempre con el balón en cualquier zona del campo. Jairo también dejó algún detalle y Marin, su habitual impronta de clase.

El trámite de los penaltis alargó aún más (y a una hora intempestiva en España) un bolo de verano que llegó a ser tedioso y que no dijo ni fu ni fa. Si acaso más fu que fa.

stats