Y a todo esto, Palop se va...
Sevilla - valencia
El Sevilla, obligado a ganar a un Valencia con mucho más en juego por si suena la flauta del TAS El adiós del mítico capitán le da el punto nostálgico al feo cierre.
Sevilla/Pinto, Daniel Alves, Puyol, Piqué, Abidal, Busquets, Xavi, Iniesta, Messi, Henry e Ibrahimovic. Este auténtico equipazo produjo en el Ramón Sánchez-Pizjuán una de las derrotas más dulces que se recuerdan por Nervión, quizá la que más. El todopoderoso Barcelona de Guardiola caía por primera vez en una eliminatoria, y lo hizo ante un Sevilla que daba sus últimos coletazos gloriosos. Con Duscher y Romaric de zapadores junto a Renato, Negredo arriba por si caía alguna y Jesús Navas y Adriano ayudando todo lo que podían, el Sevilla se pertrechó alrededor de un Dragutinovic agigantado junto a Escudé, Konko y Fernando Navarro. Detrás de este equipo de gladiadores estaba el último guardián, el héroe de Glasgow y de Donetsk, el hombre que tocó el cielo de la gloria bajo el pabellón de San Andrés, la cruz aspada de la enseña escocesa, en Hampden Park. Palop se erigió aquel día en el muro infranqueable para los azulgrana, pese al gol de Xavi.
Messi e Ibrahimovic se toparon con un Palop inconmensurable aquel 14 de enero de 2010 igual que tantos otros futbolistas que, tras sortear a la aguerrida defensa sevillista, creían que ya estaba todo hecho sin recordar que enfrente quedaba todavía un titán. Un mes después, en Getafe, en una fría noche de febrero, Soldado, se volvió a topar con el capitán del Sevilla, el mismo que levantaría la Copa del Rey en el Camp Nou como homenaje póstumo a Antonio Puerta, hace ahora poco más de tres años. El mismo que le birló la pelota a Güiza en la noche mágica del Santiago Bernabéu, en aquel esplendoroso mayo de 2007. Hoy, este héroe vestirá por última vez la camiseta del Sevilla.
Sólo con esto, ya tendría suficientes alicientes el encuentro que cierra la Liga en Nervión. Además es un Sevilla-Valencia, un partido que siempre ha desprendido muchísima electricidad y basta recordar el de la campaña pasada, con victoria por la mínima gracias a un gol de Kanoute y épica con la grada volcada tras las expulsiones de Trochowski y Escudé y un penalti que Banega envió al poste. Aquel partido, Unai Emery, en el banquillo visitante, escuchó rugir de verdad al Sánchez-Pizjuán, algo de lo que, como local, en pocas ocasiones ha podido disfrutar en este curso que termina de forma tan fea ante un futuro que ofrece tantas dudas tras el desgaste de una gestión que hoy será criticada gane o pierda el Sevilla. Una de esas dudas es si Palop no será el único en decir adiós hoy. Muchos ojos estarán puestos en Jesús Navas y en Negredo, ya que la puerta de salida está señalada en rojo para ambos. Quizá si se produce el milagro europeo José María del Nido logre retener a alguno de los dos, quizá...
El guipuzcoano, no obstante, puede ser el que más se juega en el día de hoy, porque la dosis de credibilidad que ha ganado entre la afición sevillista, que culpa directamente a la planificación de forma mayoritaria ante el nuevo fracaso deportivo, podría perderla si su equipo no responde hoy, aunque tenga garantizada la continuidad. En casa ya cayó ante el Atlético y la Real Sociedad, los dos equipos que han pasado por Nervión desde su llegada que estaban por encima en la clasificación. Es decir, que está en juego mucho más que la honrilla de quedar noveno y, de ese modo, agarrar el clavo ardiendo de disputar la Liga Europa por las fallas económicas de Málaga y Rayo Vallecano. En manos del TAS quedaría, en todo caso y siempre que el Getafe no lo haga mejor que el Sevilla hoy, el destino del nuevo proyecto.
Perder la novena plaza haría colmar el vaso de la paciencia del sevillista, que no termina de comprender cómo este equipo que hoy despide a una de sus leyendas y puede que a sus dos mejores futbolistas ya no es el mismo que el que lo hacía vibrar hace poco más de un año, antes del inicio de una descomposición difícil de explicar.
Hay muchos factores que influyen en esta línea descendente definida desde aquel último título en 2010. Desde entonces, cuatro entrenadores han pasado por el banquillo, el Sevilla ha salido de Europa y la plantilla ha decaído en competitividad, causa principal de que el sevillismo señale a los gestores y no a los entrenadores.
Enfrente estará un Valencia que tiene mucho más en juego, porque la diferencia entre jugar UEFA o Champions es mucho mayor que la de estar en la menor de los torneos continentales o no. Así de mercantilizado está el fútbol actual. Aun así, gran parte del nuevo proyecto, bajo la premisa de la absoluta austeridad, recibiría una importante ayuda con Europa. ¿O es mejor sin Europa? Eso ya se verá, lo único cierto es que hoy, Andrés Palop se viste por última vez de sevillista... y puede que Jesús Navas y Negredo, también.
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