Premio a la constancia
Coke se ha abierto un hueco importante en el equipo de Emery después de desechar salir en enero tras estar casi inédito en la primera vuelta. El jugador, feliz tras su fuerte apuesta.
El caso de Coke es un claro ejemplo de que la constancia es el mejor camino para llegar al reconocimiento. Con su doblete ante el Zaragoza, el lateral de 25 años confirmó su buen momento de forma. Fue su estreno como goleador en la Primera División y él mismo reconoce que los dos tantos los consiguió gracias a que ahora tiene la confianza de la que carecía hace unos meses. Esa confesión, no obstante, esconde que el futbolista madrileño sí tuvo la suficiente fe en sí mismo y en sus posibilidades en el Sevilla cuando atravesaba los peores momentos. La fulgurante irrupción de Cicinho en Nervión lo apartó del equipo después de una primera temporada en que sí tuvo bastante protagonismo, aunque no terminara de convencer, como demuestra el hecho de que la dirección deportiva del Sevilla buscara con denuedo otro lateral derecho en verano. Ahora ha llegado su gran momento.
El lateral procedente del Rayo Vallecano se ha asentado en el Sevilla y en la Liga en su segunda temporada. Ha tardado e incluso estuvo muy cerca de salir cedido en enero, ya que apenas había disputado hasta esa fecha media docena de partidos. En concreto, el Zaragoza estuvo vivamente interesado en un futbolista que sólo había participado en cinco partidos, tres de Liga y dos de Copa, hasta enero. Míchel le había dado el puesto de lateral derecho a Cicinho, que irrumpió con muchísima fuerza y se convirtió en el refuerzo con más protagonismo del Sevilla, entre otras cosas porque llegó en plena competición procedente de Brasil. De ese modo, Coke apenas jugó tres partidos de Liga en toda la primera vuelta, en Cornellà (2-2), ante el Málaga (0-2) y en San Sebastián (2-1), donde marcó su sima al ser expulsado por dos amarillas casi inmediatas que coartaron cualquier intento de reacción del Sevilla de Míchel.
La continuidad de Cicinho y sus problemas para competir por el puesto invitaban a pensar que el jugador iba a aceptar alguna de las propuestas de cesión que tuvo. Fue una etapa en la que se cuestionó si estaba capacitado para competir en Primera División. Pero el jugador desoyó las críticas y también la opción de salir, se ató los machos, continuó entrenando a pleno rendimiento pese a verse desplazado del equipo titular e incluso de las convocatorias, donde era más habitual ver a Cala, ya que podía actuar de central o de lateral. Estuvo señalado por las críticas hasta que con Emery empezó a ver la luz, poco a poco. Ahora se ha hecho con un hueco importante en el equipo y, de hecho, sus dos goles al Zaragoza no hacen sino confirmar su buen momento: acumula siete partidos consecutivos de Liga, desde que se hizo con el puesto ante el Rayo Vallecano, día en que se lastimó Cicinho en la primera parte.
El técnico guipuzcoano sorprendió al darle la titularidad en su primer partido al frente del Sevilla, en la ida copera en La Romareda (0-0), con Cicinho reservando fuerzas para la posterior cita liguera en Getafe. En el Coliseum Alfonso Pérez Muñoz, Coke repitió titularidad, pero a pierna cambiada, como lateral izquierdo. Fernando Navarro estaba sancionado y Alberto Moreno, lesionado. Y el madrileño, aunque a contra estilo, cumplió. Antepuso las necesidades del equipo y Emery agradeció ese compromiso. Lo convocó los dos siguientes partidos y ante el Rayo salió en la segunda parte por un leve golpe de Cicinho. Ya no ha soltado el puesto.
La irrupción de Coke ha coincidido con el bajón del brasileño, que no ha tenido descanso desde que llegara del Palmeiras. El madrileño está aprovechando el nuevo estilo de Emery, que no sólo da libertad a sus laterales, sino que les exige que suban constantemente la banda para ayudar en el juego de ataque. Sus dos goles son la guinda a esta realidad.
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