Pereira, el coche de Agra y el derbi que a él sí le interesa, el gallego

Jonathan Pereira.
Jonathan Pereira.
Javier Mérida Sevilla

15 de diciembre 2012 - 05:02

Jonathan Pereira envió en la tarde de ayer una nota a diversos medios de comunicación de Sevilla en la que, bajo el pretexto de ser una carta de despedida suya ante la afición del Betis, escondía otro propósito no menos primigenio como es desacreditar la información publicada ayer en este periódico sobre las numerosas polémicas creadas por él en el vestuario durante sus casi tres años de estancia en el club heliopolitano.

Entre otras cosas, el atacante gallego, que se declara un profesional íntegro, asegura que se ha puesto en duda su profesionalidad, algo que sí hizo él en la persona de Pepe Mel, al acusarlo veladamente de cobarde cuando le había dicho a la cara lo que pensaba de él mucho antes de dirigirse a unos aficionados con el ya famoso "él tendrá lo suyo".

Del mismo modo, habla de intento de humillación y de una hoja limpia de expedientes, hecho que debería agradecer al propio entrenador entre otros, y luego en algún tuit incluso tilda de lacayos a quienes no le bailan el agua y escriben, ni más ni menos, que lo que es justo.

Como no tendrían fin las peripecias y polémicas de un futbolista que aún no ha pedido perdón a la afición del Betis, que tanto dice querer, máxime cuando hasta su propio agente ha admitido su error al encararse con un aficionado, baste reseñar algunas cosas que rebaten lo escrito en su carta de despedida. El cariño del que habla por el Betis debe referirse a cuando dijo en un bar, con un compañero presente, que a él le daba igual jugar o no (Betis-Valencia), que lo que le importaba ese fin de semana era el Celta-Deportivo.

Igualmente, dice Jonathan Pereira que jamás ha tenido problemas con ningún compañero, quizá porque Nosa, en sus primeros días, no entendía sus burlas, algo que, desgraciadamente, no ocurrió con Agra, quien incluso lo citó fuera del vestuario por mofarse del utilitario con el que el portugués acude a los entrenamientos, nada que ver con el coche de un futbolista, según las propias palabras del vigués.

Del mismo modo, dice el ya delantero del Villarreal, que él nunca ha faltado el respeto a nadie. Se entiende que embarcar balones y reírse mientras el utillero va por ellos es lo más normal en un futbolista, como escribir en la pizarra del vestuario que aún estaba esperando en lo suyo, de la manera más retadora posible hacia su entrenador, por no entrar en otros procederes o fotos de Twitter inoportunas que herirían la sensibilidad de más de un bético.

Dice el refrán que tanta paz lleves como descanso dejas y ése es el sentimiento generalizado hoy en el vestuario verdiblanco.

Como reflexión, el avezado aficionado bético puede hacerse una pregunta: ¿Siendo aún jugador del Betis cómo es que su carta no la publica en la web oficial?

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