En manos de Lopera

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El máximo accionista contestará entre hoy y mañana a Chaparro, quien se mantuvo firme el martes en su idea de armar un equipo competitivo · El técnico y Momparlet tuvieron ayer un nuevo desencuentro

Paco Chaparro, junto a Pedro Buenaventura en la Peña Bética Rafael Gordillo, que lo homenajeó ayer.
Paco Chaparro, junto a Pedro Buenaventura en la Peña Bética Rafael Gordillo, que lo homenajeó ayer.
Javier Mérida / Sevilla

29 de mayo 2008 - 05:02

Después de casi una decena de reuniones -cuando acabe el culebrón será el momento de analizarlas una por una-, la posible renovación de Paco Chaparro por el Betis continúa en punto muerto. Tras el vis a vis del martes entre el entrenador y el máximo accionista, Manuel Ruiz de Lopera, con Manuel Momparlet de testigo, y la nueva reunión mantenida ayer en el club entre Chaparro y el director deportivo, el asunto está bloqueado.

Lopera sigue fiel a su idea de que Chaparro se dedique única y exclusivamente a entrenar y éste, aunque ha cedido en algunas de sus pretensiones, conoce a la plantilla como nadie y se muestra muy firme en sus argumentos sobre la confección de la misma, toda vez que sólo quiere el bien del Betis y desea un equipo lo más competitivo posible, aspiración, por otra parte, legítima en cualquier entrenador, sea bético o no. Ítem más: el Betis lleva tres temporadas al borde del descenso y un parche de 9 millones de euros, como pretende Lopera, se antoja insuficiente.

La reunión del martes en Jabugo fue un eterno circunloquio por parte de los asistentes sin llegar a decisión alguna, de ahí que ya sólo sea Lopera quien pueda evitar el estancamiento producido. En principio, entre hoy y mañana deberá responder a Chaparro en un sentido o en otro tras intentar, sin éxito, que éste diese marcha atrás en algunas de sus peticiones, ya que en otras sí se han mostrado más comprensivas las partes y han llegado a un punto medio de acuerdo.

El desgaste está siendo intensísimo y en el entorno de ambas partes ha cundido el pesimismo, es decir, que Chaparro y el Betis seguirán caminos distintos, aunque es Lopera quien con sólo una llamada de teléfono puede cambiarlo todo. Quizá por ello Chaparro, que es quien mejor conoce la situación, es el más optimista, al menos eso se desprende de sus palabras tras salir de la reunión.

Ayer por la tarde, el técnico expresó ese optimismo en el homenaje que recibió en la Peña Bética Rafael Gordillo, del Polígono: "Soy del Betis y por eso a veces se producen alteraciones en este asunto de la renovación, pero supongo que habrá un entendimiento porque no es tanto lo que nos separa". Reconoció que aún hay temas que discutir: "Espero que los dos aflojemos un poquito por el bien del Betis".

Empero, ayer, tras el entrenamiento del equipo, tuvo lugar un nuevo desencuentro entre Chaparro y Momparlet. Ambos se vieron las caras en el estadio para pulir algunas de las diferencias deportivas que los separan y nada fue posible. Para colmo, minutos después el director deportivo conocía el fallecimiento de su padre, Rafael Ortega Domínguez. La estampa, por la tarde, en el tanatorio de San Jerónimo, nada tuvo que ver con la acaecida por la mañana en el club. Tanto es así que fuentes consultadas por este diario indican que tan luctuoso suceso quizá obre como catapulta hacia un acuerdo, ya que Momparlet tiene mucha ascendencia sobre Lopera, quien también podría suavizar su postura.

Al máximo accionista, cada día más desgastado ante su afición, le está faltando en esta ocasión la principal carta que suele guardarse en toda negociación, que no es otra que una alternativa. Su descrédito y el del propio Betis como equipo apetecible para los entrenadores han impedido que haya sido capaz de encontrar una opción válida para el trianero. Marcelino, Quique Flores, Unai Emery, Gregorio Manzano... Todos los técnicos apetecibles del mercado, e incluso alguno que lo es menos, le han dicho que no a Lopera. Ernesto Valverde fue el último, al decidirse ayer por el Olympiacos, que le pagará 1,5 millones de euros.

Así, Lopera tiene dos opciones: decirle que sí a Chaparro o recurrir a técnicos de segunda fila a los que sólo preocupen el dinero a ganar y no el proyecto. Ex béticos como Hadzibegic y Calderón están en su mente. Fernando Vázquez no está muy dispuesto a regresar.

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