Reyes revienta el refranero

Sevilla - Betis · frente a frente

El utrerano renace a lo grande con el gol más temprano de los derbis y devuelve el orgullo al Sevilla con la segunda mayor goleada. Pozuelo mantuvo la dignidad bética.

Eduardo Florido / Sevilla

19 de noviembre 2012 - 05:02

Algunos lo calificaban, en ese disparadero que es internet, como un ex futbolista. Muy pocos sevillistas continuaban creyendo en él y hasta Míchel lo había castigado sacándolo de las convocatorias después de su nefasta reaparición en Vigo. No era titular en Liga desde la segunda jornada, cuando se lesionó en el hombro. Pero Reyes siempre tuvo algo que no se adquiere, el talento. En esa realidad se fundamentaban los que seguían creyendo en él y a ella se agarró el utrerano para renacer a lo grande y callar a todos los descreídos y agoreros. Reyes, una de las sopresas de las alineaciones en el derbi, volvió, y de qué manera lo hizo. Pozuelo, la otra gran sorpresa en la acera de enfrente, se perdió en el marasmo bético, y fue de los pocos que intentó mantener la dignidad de su equipo en una goleada histórica.

"El que tuvo retuvo". "Más vale tarde que nunca". "Sólo puede cambiar el duro el que lo tiene". "Como el aceite a las espinacas"... Apliquen el refrán que quieran a lo que hizo Reyes. El canterano del Sevilla marcó el gol más tempranero de la historia de los derbis y le quitó ese récord a Pepe Mel, que lo alcanzó el 2 de marzo de 1991, en Nervión: marcó en el segundo 18, aunque el Betis acabó perdiendo por 3-2. El utrerano desbarató el plan del madrileño para ganar en el Ramón Sánchez-Pizjuán en el segundo 13, en un regalo de Adrián tras una cesión de Nelson. Y luego, encauzó definitivamente la segunda mayor goleada de la historia de los derbis en la Liga con otro tanto en el que se anticipó a su par, el propio Nelson, tras un soberbio cabezazo al larguero de Negredo. La anterior databa del 17 de enero de 1943, 5-0. Reyes ya es oro en la historia de los derbis.

Míchel lo situó en la posición que él mismo había desechado, la banda izquierda, aunque en realidad nunca se pegó a la cal y fue un martirio para la defensa bética con su constante movilidad. Recogió muchos balones aprovechando la rabiosa presión sevillista y fue un continuo incordio. Incluso dejó destellos de calidad y le robó algún balón clave a Pozuelo, un jugador que fue fundamental en el último triunfo bético en Nervión, el 2 de mayo. Entonces también actuó en la mediapunta, suelto y dinámico, como ayer Reyes. El trianero pidió el balón en pleno vendaval sevillista y no se arredró nunca. Provocó faltas, condujo, combinó... Todo era inútil, era el día de Reyes, que desde su multitudinaria presentación el día de la Epifanía esperó once meses para hacer el gran regalo que todos los sevillistas esperaban. Se hizo de rogar, vaya que sí, pero hizo suyo el refrán de "nunca es tarde si la dicha es buena".

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