Una oportunidad de mercado que todavía no da réditos
Babá aumenta el halo de incertidumbre, aunque sólo ha jugado 16 partidos desde que llegó.
Cuando fue presentado en enero de 2011, la adquisición de Babá por parte del Sevilla fue justificada por la dirección deportiva como una oportunidad de mercado. Nueve meses después, el futbolista vive su peor momento en cuanto a participación y sensaciones, dado que el aficionado sólo lo ve a ratos y cuando aparece su rendimiento deja muchas dudas, sobre todo tras las claras oportunidades desperdició en Zaragoza y ante el Levante y que pudieron cambiar el signo de ambos partidos. El fútbol es así de cruel. Babá podía estar ahora en los altares, pero no es así.
El halo de incertidumbre crece en torno a un jugador que llegó de un equipo menor de Portugal, el Marítimo, a cambio de unos 3,5 millones financiados por el Grupo Doyen, que, según explicó José María del Nido en la presentación de Botía, mantendrá el 20% de su propiedad. El grupo inversor pagó el traspaso y el Sevilla debe ir abonando ahora los plazos pactados. Hasta 2013 no empezará a pagar el Sevilla por el 80% de su propiedad mientras que el futbolista busca aún su sitio en el Sevilla.
El sevillismo empieza a dudar de la calidad del jugador senegalés, aunque lo ha visto muy poco. Desde que debutara con la camiseta sevillista el 29 de enero en Málaga, sustituyendo al lesionado Reyes, Babá ha participado en 16 partidos, 15 de Liga y uno de Copa, el del jueves pasado. Cuando llegó el curso pasado ya estaba eliminado el Sevilla del torneo copero, lo que le quitó oportunidades de jugar. Y sólo ha sido titular tres veces, el año pasado ante el Atlético y el Rayo, marcando tres goles, y este año en Balaídos. Lo normal es que juegue ratos sueltos y, de hecho, su media de minutos por partidos apenas supera la media hora: 31,9. Pero estos fríos números no impiden que la sensación de decepción se agrande en torno a él.
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