Lucimiento por Asunción peatonal
Las Cigarreras
La hija de 9 años del músico Luis Barranco ha seguido la senda de su padre
La cofrafía de las Cigarreras se lució con gusto por la nueva calle Asunción, recién peatonalizada y sin un coche a la vista. En su recorrido desde Virgen de la Victoria a Plaza de Cuba hay espacio de sobra para esperar, bancos para descansar plácidamente y los nazarenos caminan en fila holgadamente. Una tranquilidad desconocida en la zona. El sentimiento general de los vecinos es que ha merecido la pena el cambio. Ana y Carmen, residentes en Montecarmelo, venían expresamente a ver el efecto peatonal. "La calle está hermosa. No entendemos cómo se han quejado tanto. Es un placer estar aquí", relataban entusiasmadas desde su silla plegable mientras aguardaban el palio de María Santísima de la Victoria. "La estética ha quedado muy bonita, pero la parte práctica falla: no pasan vehículos y por la noche la calle se queda solitaria", lamentaba el matrimonio formado por Reyes y Ramón, vecinos de Carrero Blanco. "Al principio me pareció mal, pero veo que ha quedado fenomenal la calle y da mucha vida a Los Remedios. En mi negocio estamos luchando por hacernos un hueco aquí", admitía Rocío, de 33 años, que trabaja en una zapatería de Virgen de la Estrella.
En la capilla de la Fábrica de Tabacos, la familia de Luis Barranco, con treinta años como músico en Las Cigarreras, vive un año más la salida de la Hermandad, pero ya fuera de la banda, aunque le pese. Su alma de músico ha contagiado a su hija de 9 años, Maleni Barranco, que toca la trompeta en la banda y estudia primer curso de este instrumento en el Conservatorio. Su pequeño de tres años, Ángel Luis, los acompaña. La abuela constata que el delirio de su hijo empezó a los siete u ocho años improvisando tambores a todas horas con el tenedor y la cuchara. Esa misma pasión emana a las claras de las bandas de las Cigarreras, con trompetas que interpretan a la perfección y llegan hondo.
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