Homenaje al tallista fallecido Antonio Martín
Los Javieres
La primera levantá de la Virgen fue para este hermano de San Benito
Los costaleros de los Javieres repitieron la proeza de sacar de rodillas el palio de María Santísima de Gracia y Amparo por el dintel imposible de la parroquia de Omnium Sanctorum. El paso se inclinó de vértigo hacia un lado mientras lo subían a pulso por la rampa de salida, pero al final se enderezó a la perfección y avanzó con tal elegancia que arrancó un "olé" del grupo de hermanas del comedor del Pumarejo. Sor Aurora y sor Isabel -explicaron- vienen todos los años a ver a esta hermandad tan cercana a su congregación, aunque los voluntarios que colaboran en el comedor proceden de la Macarena. Dos amigas americanas recién llegadas de Boston, que ocupaban los primeros puestos de la calle Feria para no perderse a la Virgen, no perdían detalle de la escena. "Es nuestro tercer año aquí. Somos cristianas y nos impresiona la Semana Santa de Sevilla, tan especial, que nunca podremos encontrar en nuestro país", se lamentaba Mary en un excelente español.
Este año la primera levantá de la Virgen se dedicó a un hermano de San Benito fallecido el pasado enero. "Arriba el hijo de Dios por Antonio Martín", fue el grito con el que el palio se puso en la calle en homenaje a este tallista. Su esposa acompañaba a la Virgen. La Hermandad destacó lo mucho que Antonio hizo por Los Javieres y expresó su agradecimiento infinito. El toque de campanas marcó el inicio de la procesión de María Santísima.
Minutos antes, pasadas las cuatro y media, el Cristo de las Almas había puesto los pies en su barrio. Bajo un silencio sobrecogedor, se alejó con paso firme por la calle Feria dejando a su paso la triste sombra de su silueta de crucificado. El cielo estaba cubierto de nubes y soplaba una ligera brisa. El aguador del paso de Cristo apareció de punta en blanco, con traje de chaqueta y gomina. La banda de Julián Cerdán, de Sanlúcar La Mayor, repleta de adolescentes, interpretó Amparo de nuestras almas para la Virgen. Los balcones de Peris Mencheta, cuajados de vecinos.
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