La otra Semana Santa
Centenares de imágenes pasionistas reciben culto en iglesias y conventos sevillanos. Son obras de gran mérito artístico, salidas de grandes imagineros, que por sí solas podrían conformar otra Semana Mayor

En una capilla lateral de la nave del crucero de la Parroquia de la Magdalena se encuentra una imagen de la Virgen de talla completa de alrededor de 1,65 metros. Se trata de la imagen de la Antigua, Siete Dolores y Compasión, una Dolorosa que en siglos pasados fue la titular de una cofradía que, según recoge José Bermejo y Carballo en su obra Glorias religiosas de Sevilla, publicado en 1882 era la devoción de toda Sevilla: "Pocas imágenes hay en esta ciudad, con ser tantas las que de la Santísima Virgen venera, que hayan tenido la devoción que esta, y pocas también que la igualen en celebridad y nombre".
Esta hermandad residía en su capilla propia del convento de San Pablo, actualmente sede canónica de Montserrat, y efectuaba su estación de penitencia en la tarde del Jueves Santo. Su popularidad podría compararse con la que hoy en día tiene la Macarena. Pero esta imagen permanece hoy postrada en el olvido, sin hermanos que le recen, sin flores a sus pies, y con sólo un par de velas a su lado. Fue restaurada en el año 1998 por el IAPH, que la atribuyó a la gubia de Andrés de Ocampo. Sus últimas salidas, tuvieron lugar en los años 1920 y 1921, cuando procesionó a los pies del Cristo de las Misericordias de Santa Cruz.
Cientos de imágenes pasionistas como ésta permanecen en los altares de las iglesias y conventos sevillanos conformando otra Semana Santa, íntima, sin carrera oficial, sin pasos, sin bordados de Rodríguez Ojeda, ni marchas dedicadas por Farfán o Font de Anta. En su día, salieron de las gubias de los mejores en su tiempo, Martínez Montañés, Mesa, Ocampo, Astorga, Roldán, Ramos..., apellidos ilustres todos ellos. Son imágenes de una calidad artística incontestable. Esto es un recorrido por las imágenes olvidadas de Sevilla.
La Parroquia de la Magdalena es una de las que mayor patrimonio atesora. Además de la Virgen de la Antigua y Siete Dolores, también se venera en ella al Nazareno de las Fatigas, una imagen de talla completa, algo menor del natural, que tiene la particularidad de portar la cruz al revés. Otra obra de este templo es el crucificado de Confalón, una talla que Juan Martínez Alcalde en su libro Imágenes Pasionistas de Sevilla que no procesionan (Editorial Mundo Cofrade), califica como "admirable y muy valiosa". Este autor puntualiza que el profesor Hernández Díaz lo relaciona con el escultor francés Nicolás de León, fechándolo hacia 1536.
Una imagen con mucha devoción en la ciudad es el Cautivo que se venera en la Parroquia de San Ildefonso. Son frecuentes las colas que se forman los viernes de cuaresma para su veneración. Según Martínez Alcalde, los rasgos de la escultura "evocan la manera de hacer de Hita del Castillo". Hasta el año 1945 Nuestro Padre Jesús Cautivo en su Soledad era el titular de la Hermandad de los Panaderos. Se trata de una imagen habitualmente atribuida a la gubia de Ruiz Gijón. Actualmente se venera en la parroquia del Juncal y es titular de la cofradía del mismo nombre.
La Hermandad de las Cigarreras ha tenido diversas imágenes cristíferas, algunas de las cuales aún conserva en sus dependencias. Es el caso de la portentosa talla que Joaquín Bilbao esculpió para la cofradía en 1916. Procesionó desde ese año a 1940 y en 1973. Martínez Alcalde lo califica como "una obra atrevida y excepcional, dinámica, vigorosa en todos los sentidos de la palabra, y no sólo por lo que respecta a la traza anatómica". Mide 2.02 metros. Las Cigarreras también tuvo como imagen titular a otro Cristo tallado por Amaro Vázquez, en 1602, y un tercero, de Juan de Giralte, que se venera en la basílica de María Auxiliadora. La Hermandad del Museo conserva en su capilla una magnífica escultura de Jesús atado a la columna que se atribuye a Jerónimo Hernández, y que puede fecharse en el último cuarto del siglo XVI.
Son muchas las imágenes de Jesús con la cruz existentes en las iglesias sevillanas. La Hermandad de Pasión atesora en su patrimonio al Nazareno de los Afligidos, tallado por Gaspar de Ginés en el siglo XVII y que ha sido restaurado el pasado año por Gutiérrez Carrasquilla. El titular de la sacramental de San Pedro es el Nazareno de la Salud, una imagen del XVII. Otra magnífica obra del siglo XVII reposa en el convento de Santa María de Jesús: el Nazareno del Perdón. Es una imagen de talla completa muy poco conocida. Salió en vía crucis hasta la Cruz del Campo el primer lunes de cuaresma de 1958, como recuerda Martínez Alcalde en su monografía. Aunque a lo largo de la historia se ha atribuido a diversos imagineros, en los últimos años se ha retomado con fuerza una posible autoría de Juan de Mesa, al mostrar muchos grafismos propios del imaginero Cordobés.
El Cachorro y San Isidoro conservan dos imágenes antiguas de Nazarenos que fueron titulares de la cofradía. El de las Tres Caídas, es obra de Pedro Nieto de 1632. Está hecho de pasta y se guarda en la casa hermandad.
La Iglesia de la Santa Caridad tiene entre sus muchos tesoros la imagen del Cristo de la Caridad. Una escultura de una calidad extrema que fue restaurada por el IAPH en 2003. En la obra se representa a Jesús momentos antes de la crucifixión, "Cristo aparece desnudo, inerme, genuflexo, con las manos orantes como si implorase la misericordia del Padre... Sus ojos se dirigen hacia arriba, y es tal la intensidad de su mirada, que parece taladrar los espacios infinitos", escribe Martínez Alcalde. La portentosa obra está inventariada como de Pedro Roldán realizada en 1674.
Imágenes de Cristo en la cruz hay muchas y de gran mérito. Destacan, por encima de todas, dos de Martínez Montañés: el Cristo de la Clemencia, que se encuentra en la sacristía de los cálices de la Catedral y el de los Desamparados del convento del Santo Ángel. Este último procesionó en el misterio de la Lanzada en los años que la corporación residió en el templo carmelita. En Santa Isabel recibe culto el Cristo de la Misericordia, de Juan de Mesa, y en San Lorenzo, el del Amparo, una imagen anónima del XVII que fue pretendida en 1884 para la creación de una nueva hermandad en este templo, aunque esta intención no pasó a mayores.
En la Escuela de Cristo, a la espalda de la parroquia de Santa Cruz, se encuentra un crucificado muy poco conocido que, según Martínez Alcalde, "es la obra maestra de Juan de Astorga y también el más perfecto crucificado del arte decimonónico". La imagen, cuya advocación es de la Providencia, fue contratada el 2 de octubre de 1818 con el fin de sustituir al Cristo del Calvario, que había sido reclamado por la parroquia de San Ildefonso. A los pies del crucificado, se venera una dolorosa labrada en 1798 por Cristóbal Ramos, con diversos materiales. Mide 1,44 y evoca a la primitiva Virgen de las Aguas, del Museo. El conjunto es de una gran belleza.
Además de esta Dolorosa, hay otras muchas repartidas por los templos sevillanos. En la Iglesia de Santiago, se encuentra la Virgen de los Dolores, una escultura de madera policromada de 1,27 metros, anónima de finales del XVIII. En la cabecera de la nave del Evangelio de San Andrés hay otra Dolorosa que en los libros parroquiales se recoge como "de las Angustias, del Mayor Dolor, o de los Dolores, según las fechas", explica Martínez Alcalde. Ha sido atribuida a Hita del Castillo y "está estupendamente policromada, con una delicadeza casi de porcelana", agrega Martínez Alcalde.
También son varias las imágenes para vestir que se encuentran en las iglesias. Hay hermandades han pretendido las Dolorosas de Juan de Astorga que se veneran en San Ildefonso y el convento de Capuchinos. La primera recibe culto con la advocación de Soledad en su Esperanza. "Dos Vírgenes para soñarlas entre varales y que son de las mejores que se pueden contemplar fuera de la Semana Santa", concluye Martínez Alcalde en su libro.
En San Bartolomé se encuentra la Virgen de la Salvación. El profesor Miñarro descubrió cuando la restauró un documento indicando que la había ejecutado Cristóbal Ramos en 1772. Tiene la mascarilla de terracota y su origen estaba de rodillas, hasta que Juan de Astorga la puso de pie. Esta imagen forma conjunto con el Cristo de las Ánimas. Preside el retablo mayor de San Alberto una magnífica imagen que podría datarse entre finales del XVII y principios del XVIII. De la misma época es la Virgen del Camino, de la iglesia de San Nicolás. En Santa María la Blanca se encuentran los antiguos titulares de la cofradía del Lavatorio: la Virgen del Pópulo y el crucificado del Mandato.
Por último, la Hermandad de la Quinta Angustia posee entre su vasto patrimonio una excelente imagen de Jesús Resucitado, fechado entre 1582 y 1583 y que habría salido de la gubia de Jerónimo Hernández. Las iglesias sevillanas atesoran muchas más imágenes de Jesús, la Virgen María, San Juan, y otras imágenes de la pasión, además de las reseñadas. La totalidad de ellas están referidas en la obra Imágenes pasionistas de Sevilla que no procesionan.
También te puede interesar